[ 02: dos años después de Borderland ]

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Abrió los ojos perezozamente, relajándose al instante al ver que estaba en el cuarto que compartía con Arisu, quién para su sorpresa no se encontraba a su lado descansando, donde se suponía debería estar a esas alturas de la mañana. Demasiado temprano como para estar sentado observando el vidrio de la ventana, sin nada más que hacer, ya que aquella estaba hecha por luna oscura a pedido del propio pelinegro, impidiendo la entrada de cualquier paisaje.

Chishiya se levantó al mismo instante que vió una lágrima caer por la mejilla del moreno. Caminó descalzo hasta la silla de madera donde el muchacho estaba sentado, y colocó sus manos por encima de los anchos hombros contrarios, en un gesto que pareció hacer calmar ligeramente su tristeza, pero que mientras más duraba más lastimaba a Arisu. Shuntaro dándose cuenta de aquello, quitó sus manos y en cambió, se agachó para poder ver sus ojos.

一¿Qué sucedió, Arisu?一 preguntó débilmente, estando consciente de la respuesta que le daría el contrario.

一Es ella de nuevo... No deja de aparecer en mi mente, Shuntaro. 一 explicó, con los ojos lagrimeantes fijos en Chishiya, quien apenas podía mantenerle la mirada por lo que le decía. 一 Muere una y otra vez... Muere frente mío y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

El pelinegro rompió en llanto, poniendo su cabeza en su hombro, totalmente deshecho. Chishiya acarició los suaves cabellos pelinegros, intentando darle algo de consuelo. 

Esa rutina ya se había hecho costumbre para ambos. Arisu despierta en la noche o mañana con la visión de una "chica misteriosa" que moría ante sus ojos, lloraba al darse cuanta que no podía salvarla, y por último lo abrazaba por un rato hasta calmarse.

Para Arisu debía ser realmente doloroso, pero para él lo era aún más. Shuntaro sabe por lo que Arisu tuvo que pasar en Borderland, sabe perfectamente que perdió a Usagi, la persona que más quería, y también sabe, que él pudo evitar la muerte de la chica; él sabría que en cualquier momento la mujer aparecería para buscar al chico, también estaba enterado de la inestabilidad de Niragi... Él pudo evitarlo desde un principio, e incluso pudo evitarlo por segunda vez poniendo su cuerpo contra la bala, la chica se hubiera salvado.

Pero no lo hizo por el simple hecho de que era un egoísta, egoísta que amaba al mismo chico que esa mujer. Recuerda claramente la primera vez que vió a Arisu siendo valiente, deseó poder estar a su lado y ayudarlo con sus objetivos, quería que le tuviera cariño. Quería ser amado de la misma manera que Usagi era amada.

Mierda, odiaba profundamente tener el recuerdo de lo que pasó en Borderland tan vivído, casi como si cada día que pasara no fuera más que una simulación. Sentía que tan solo el día anterior estaba luchando por su vida.

Es gracias a los recuerdos que aún conserva del lugar, que sabe de los múltiples errores que llegó a cometer, múltiples actos de maldad, y el múltiple daño que el mundo le hizo a sus jugadores.

Se arrepentía de muchas cosas que hizo en ese mundo, pero no de no salvar a Usagi, y sonaba como un maldito sociópata, pero no le importaba. Porque él estaba seguro de que por más que no se recordaran el uno al otro, ella y Arisu terminarían juntos, y él solo sufriría de la misma manera que en Borderland.

En cambio, él fue la primera persona que Arisu vió al salir del coma. Fue la primera persona en la que confió, y era gracias a eso que ahora podía decir que mantenían una relación como la que tenían. Pero especialmente gracias a que Usagi no existía más en ese mundo, fue gracias a que ella murió en aquel lugar que él podía tener lo que quería.

Se sentía como ninguna otra vez pudo llegar a sentirse. En esa relación era protegido, amado, deseado. Tenía lo que Usagi tenía en Borderland, pero él podía tenerlo en el lugar que quería.

Ellos se amaban mucho.

Sin embargo la sombra de aquella muchacha seguía persiguiéndolos incluso muerta. Y lo odiaba, odiaba cada segundo que Arisu lloraba por alguien como ella. Odiaba que quisiera salvarla cada que su recuerdo aparecía. Odiaba profundamente todo lo que tuviera que ver con Borderland, pero la odiaba más a ella por ser como era, porque su recuerdo también lo perseguía a él y no lo dejaba en paz.

Aunque Arisu le brindaba como pareja todo lo que le brindó a ella, mierda, ella seguía siendo especial incluso en ese momento. Ella seguía siendo la dulce chica que amaba incondicionalmente a su pareja, era alguien fuerte pero sensible. Usagi era lo que era, y eso le dolía.

Porque sabe que Arisu la amaría incluso más si estuvieran ambos vivos en ese mundo, él no es competencía para Usagi, nunca lo fue e incluso nunca lo sería. Él no es dulce, no es tierno, no es fuerte y no es sensible. Solo es alguien asustado de perder lo único que lo hacía feliz.

Chishiya nunca podría ser Usagi, y eso le atormentaba, ya que parecía que siendo ella sería la única forma por la cuál Arisu lo ame de igual manera que la amó a ella.

Sonrió nostálgico al recordar la escena de muerte en aquel desierto. Arisu estaba tan triste por la muerte de la chica, parecía incluso que podría morir. Él vió ahí una oportunidad de acercarse al muchacho, y así lo hizo, pero no terminó haciendo más que consolarlo.

No sabía si era el karma, o alguna maldición, pero se veía obligado a repetir esa escena donde él consolaba a Arisu por Usagi una y otra vez. En la noche y en la mañana, se veía consolando a su pareja por la muerte de esa mujer.

一 Todo está bien, ¿Si, Ari? Solo es un sueño, no significa nada. 一 trataba de convencer, pero el chico solo lloraba más en su hombro.

Él nunca podría ser Usagi, estaba más que claro. Pero Usagi siempre seguiría siendo Usagi para Arisu, viva o muerta.

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I can't be her ২ arisu x chishiya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora