En la guerra y el amor

La tensión crece

Los nervios y sus pensamientos la hacían temblar ahora, pues lo que le dijo Shyren no fue del todo claro para ella, lamentablemente ya ha llegado su hora de partir, pues estaba a punto de subir al carruaje. Una vez estaba dentro de este no había vuela atrás, junto a Asriel y en silencio ella le daba vueltas a ese asunto tan misterioso del que su cuñada le habló

No se dio cuenta de en que momento llegaron a la mansión. Una vez dentro cada uno se separó, por un par de minutos. Las sirvientas le habían quitado su vestido blanco, dejándola en camisón simplemente, pero poco después habían empezado a colocarle más prendas por encima, no sabe de que se trata esto, es como si estuvieran envolviendo un regalo

Cuando todas se fueron, la jóven ya estaba presa del pánico, no sabe que va a pasar exactamente y cuando menos se lo había esperado la puerta fue abierta, dejando entrar a Asriel quien la vio muy nervioso

-Hola -le respondió fríamente mientras la vergüenza se apoderaba de ella-

-Hola...-tomó asiento al lado de Undyne, rápidamente esta se apartó nerviosa- Supongo que ya sabes que debe pasar entre nosotros esta noche, ¿verdad?

-No lo tengo del todo claro...es incómodo -desvió la mirada y se cruzó de brazos- No lo creo necesario

-Si no no hay heredero al trono, son cosas normales en el matrimonio

-Lo sé ahora, pero no me siento bien...-sin previo aviso, sintió las manos de Asriel sobre ella- ¡¿Qué haces?!

-T-tomando la iniciativa, es todo - ver los nervios en Undyne lo hacía sentirse fatal, sabe perfectamente que ella no lo ama y tampoco está muy de acuerdo con este matrimonio arreglado- Lo siento, honestamente no se que hacer y que no

-Pues tampoco yo...-se levantó de forma abrupta- Lo siento mucho Asriel, pero no me siento bien, ¡no puedo soportar más toda esta farsa en la que siempre salgo perdiendo!

Tomando una sábana en la cual se envolvió salió de la habitación apresuradamente, trataba de no mostrarse débil pero esta situación parece ser más grande que su valor. Ser buena esposa, reina y madre, todo eso se le viene encima y no sabe como debe actuar, o más bien su sabe, pero lo que desconoce es el como afrontar la situación

Ya en una habitación, estaba recostada en la cama, mientras la luz de la luna iluminaba si hermoso cabello rojo y sus ojos tristes, se sentía sola, muy sola, es raro tener que hacer cosas raras como Asriel quien es su amigo de la infancia, todo es tan desconocido y aterrador

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Las tres damas reían mientras disfrutaban de su cena en la habitación de Mettaton, es una noche de solo chicas muy agradable. Todas en camisón y con listones en el cabello para hacerse rulos al día siguiente tomaban sus tazas acompañadas de un delicioso postre, sin duda un rato muy agradable para todas ellas

-Y entonces lo golpeé y lancé una telaraña a sus ojos, se que puede sonar inapropiado para una dama, pero o me defendía o me hacía algo peor -sintiendose orgullosa de si misma presumió lo que había realizado-

-Eso fue peligroso pero la mejor opción, que bueno que lo pusiste en su lugar -respondió Frisk para después darle un sorbo a su té- Entonces...¿me veré bien con el cabello ondulado?, más de lo que la lo tengo

-Seguramente si, además les haré peinados hermosos para después salir de compras, se que Kris te dejó dinero mientras está ausente

-Así es Mettaton, nunca me deja sin dinero, pero es demasiado y no creo necesitarlo todo, además no hay un evento importante como para comprar vestidos nuevos...¿o sí?

-Por supuesto, habrá otro baile de sociedad mañana...pero, tu hermano dijo que de preferencia no salgas, si es necesario obviamente otra cosa será, pero quiere evitarte peligros