V.

640 45 16
                                    

Daemon se encontraba sentado leyendo un libro aunque en verdad no estaba leyendo mucho y estaba atrapado en sus propios pensamientos. Viserys nuevamente le había ofrecido un puesto en el consejo, él ya había sido maestro de moneda pero sólo había hecho estupideces por no tomarlo en serio. Esta vez era algo que debía tomarse con responsabilidad, ya era un hombre casado y sabía que también tenía expectativas que cumplir por estar casado con la próxima reina.

La boda real ya había sido llevada a cabo hace dos meses, Daemon disfrutó mucho de los torneos en particular, aunque hubo un caballero que pidió el favor de la princesa Rhaenyra y sólo por los celos que sintió, lo hizo perder haciendolo caer con el caballo encima. En el momento sí pensó que se le había ido la mano pero por otra parte era importante recordarle a los imbéciles que intentaban acercarse a su esposa quién era él.

Su esposa había lucido preciosa y durante los días de celebración, Rhaenyra había logrado hacerse amiga de todas las señoritas de las grandes casas. La vió entrar al despacho y dejó su libro a un lado, últimamente notaba como el rostro de su esposa se veía más radiante, las mejillas sonrosadas y su largo cabello blanco brillaba como nunca.

La princesa llegó a su lado y se inclinó a besar su mejilla, Daemon tomó su mano, dejó un beso en sus dedos y se giró a verla hacía arriba.

—¿Estás aburrida cariño? sé que he tardado con esto, pero te prometo que haremos algo juntos mas tarde.

—Está bien amor, sé que tienes que tomar una decisión importante y estás leyendo para saber en que te estás metiendo. Pero venía a contarte algo.

—¿Qué supiste?

Rhaenyra le sonrió y con su mano libre tocó su vientre.

—Estoy esperando un bebé. Mi sangrado no ha vuelto a bajar y he sentido todos los síntomas desagradables del embarazo.

Daemon se veía tan feliz como cuando se acababan de casar en Dragonstone. Finalmente tendría a sus propios hijos, y no con cualquiera, tendría su bebé con Rhaenyra, el amor que había creído imposible tanto tiempo. Soltó suavemente la mano de su esposa para poner sus ambas manos en el vientre de ella y besarlo. —No podría estar más feliz. Será el bebé más hermoso que haya nacido en esta familia. 

La joven también lucía una sonrisa de felicidad pura, apenas le habían dicho había partido a contarle a su esposo. Acarició el cabello blanco de Daemon dejando que él acariciara y repartiera besos sobre su vientre. 

—Necesito tu ayuda, Rhaenyra. Ya sabes que Viserys me confió un puesto en el consejo.

—Y no cualquier puesto, te está ofreciendo ser su mano.

—Lo sé. Pero nosotros pensábamos vivir en Dragonstone, no quiero que tu estés sola allá, prometí que no me iría nuevamente de tu lado. Quiero saber que piensas.

La princesa suspiró y Daemon le hizo espacio en una de sus piernas para que se sentara. Se acomodó y Daemon la tomó de las caderas mientras la besaba.

—Mi esposa es preciosa. Vas a ser una madre muy linda.

Rhaenyra se rió y se besaron un poco más antes de que ella diera su respuesta. —Es verdad que nuestro plan siempre fue irnos a Dragonstone y tener una vida tranquila. Pero nunca pensamos en que el trono sería una posibilidad real, ahora lo es y creo que debo quedarme aquí para asegurarlo, sé que es cuestión de tiempo que comiencen a alzarse voces que pidan por mi hermano y no por mi. —Daemon asintió sabiendo que lo que decía su esposa era verdad. Rhaenyra se mantuvo en silencio un poco y continuó. —Necesito a mi esposo a mi lado, ahora y cuando ya sea coronada. Que seas la mano de mi padre ayudará a que tengas un acercamiento serio al cargo, además, ayudaría que la gente te vea como un símbolo de la corona, después de todo estuviste alejado de todo durante años y luego la primera noticia que se supo sobre ti fue que me habías secuestrado.

Shameless | Rhaenyra x Daemon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora