Shameless | Rhaenyra x Daemon

IV.

La boda del siglo estaba a punto de realizarse en King's Landing, el rey Viserys en persona se dedicó a la preparación, sería toda una semana de celebraciones, banquetes, justas, cacerías y más. Sí bien al inicio le había costado aceptar lo que sucedía entre su hija y su hermano, luego de su visita a Dragonstone había regresado con otra perspectiva. Al pasar la semana con la pareja recién casada tuvo la oportunidad de ver como se relacionaban, era evidente que Daemon estaba muy enamorado de Rhaenyra y viceversa, se veían como un matrimonio increíblemente felíz así que Viserys sólo lo aceptó y agradeció que su hija estaba con alguien que la amaba.

—Que se haga una celebración de una semana después de que Rhaenyra huyó de aquí y se casó a escondidas es casi como premiarla, Viserys. —Ahí estaba Alicent. Viserys la quedo mirando mientras sostenía una de sus piezas de su maqueta.

—Bueno, ¿y que quieres que haga? ya esta hecho Alicent, da igual.

—No, no da igual porque da una pésima imágen, ¿qué pasa con los valores, qué pasa con el pudor?

—Pues no tienen pudor Alicent. Y debo decir que estoy harto de tu insistencia sobre esto, Daemon y Rhaenyra ya se casaron y lo más probable es que los dioses ya los bendijeron con un bebé. Quiero celebrar el matrimonio de mi hija, mi única hija. Quiero irme a la tumba con el recuerdo del matrimonio de mi hija y además al fin voy a ver a Daemon satisfecho y realmente felizmente casado. Quiero que sea una fiesta en paz. ¿Puedo tener un matrimonio en paz? —Viserys ya no podía seguir escuchando los reclamos de su esposa, no entendía porqué le molestaba tanto la situación.

Alicent asintió y se retiró de la habitación. La verdad de las cosas, es que se sentía celosa. Ella había sido obligada a casarse con un hombre muchísimo mayor, usada como una pieza en el tablero de su padre. Odiaba tener resentimiento hacia Rhaenyra porque la entristecía ver en lo que se había convertido su amistad, pero no podía evitar  sentir que Rhaenyra se salía constantemente con la suya, siempre haciendo cosas que se veían mal para una señorita; ella jamás podría haberse ido a pasear en dragón a solas con un hombre pero Rhaenyra si podía. Ella tuvo que casarse por mandato obedeciendo órdenes, Rhaenyra había huido y se habia casado a escondidas. A cualquier mujer eso la habría condenado, su vida social se habría ido a pique. Pero Rhaenyra se salía con la suya y por si fuera poco le celebraban su matrimonio una semana e invitaron a todos los señores de Westeros, incluso vendrían los señores de Dorne.

Aunque, no creía las palabras de su padre sobre como Rhaenyra era una amenaza para sus hijos. A pesar de que pensaba que Rhaenyra vivía en una burbuja de privilegios simplemente por su posición y que hacía este tipo de cosas indecorosas, sabía que no era una mala persona. No sería capaz de asesinar a su propia sangre, y no terminaba de entender porque a su papá le desagradaba tanto Daemon si el hombre derechamente ignoraba a Aegon y Aemond, no hacía nada que fuese amenazante para ellos. 

Suspiró entrando al cuarto de sus hijos, Aegon ya tenia 5 años, Aemond apenas 2. Si bien ella no había elegido esa vida, adoraba con todo su corazón a sus hijos. Incluso quería a Viserys, quizá no era de una manera romántica pero lo apreciaba como persona, era un buen esposo y últimamente intentaba acercarse más a los niños. Sonrió viendo a Aegon jugar, Aemond se encontraba durmiendo, y se acerco al más pequeño para hacerle cariño mientras dormía.

Rhaenyra había llamado a su esposo para que la ayudase a elegir la tela de su vestido, ya llevaban técnicamente 1 mes casados y era una luna de miel permanente.

—Creo que sería lindo un vestido rojo. Es un color lindo en ti y además es el color de nuestra casa. 

—Si, pensaba en algo rojo y no lo sé, me gustaría que sea sin hombros, o quizá con las mangas abiertas. ¿no será inapropiado para los asistentes?