Narrador Omnisciente
Danela se encontraba en su departamento, después de irse de la casa de Alejo, este le comentó que tenía viaje para terminar de negociar algunas fechas y estaría fuera dos semanas.
Recordó con una media sonrisa lo mucho que había disfrutado la compañía del chico que me hacía sentir mil cosas. El causante de estar engañando a su actual pareja, quien regresaba de su viaje en pocos días.
Sabía que lo que hacía estaba mal, y no dejaba de recriminarse por el daño que le causa constantemente a Indra, le dolía tratarlo con indiferencia en algunas ocasiones pero no sabía cómo sobrellevar el sentimiento de culpa y era demasiado egoísta como para terminar con el de una buena vez. Después de todo el había sido su primer gran amor, antes del rubio nadie la había tratado bien, nadie se había esforzado tanto por ella. La hizo sentir valorada.
Suspiró negando con la cabeza, tratando de no pensar más en eso. Debía concentrarse en su trabajo que había descuidado por disfrutar los días con Alejo. Siguió trabajando en el diseño del logotipo que le había solicitado una cadena de comida local. Logró enfocarse para casi terminarlo. Justo cuando estaba por dar algunos últimos retoques escuchó como sonaba el timbre.
No recordaba haber pedido algo de amazon ni esperaba visitas. Al abrir la puerta se encontró con Mauro.
—¡Gordito! Qué sorpresa— la chica lo saludo con un abrazo — pasa amigo.—
Se hizo a un lado dejando que Duki entrara.
— Danelita, espero no molestarte, —
Se habían encaminado a la sala y el cara tatuada había tomado asiento en el sillón.
—Para nada! estaba terminado un diseño que tenía algo atrasado. ¿Quieres algo de tomar?
—una cerveza está bien
La chica se dirigió a la cocina y regresó con dos cervezas y una bolsa de papas
—hace mucho que no venias Mau, me alegraste el dia, — soltó contenta, y era verdad, antes pasaba más tiempo con él, pero con todo lo que estaba sucediendo no encontraba el tiempo. Echaba de menos a su amigo. — ¿Cómo te va con tu vida de trapero famoso?
—De locos, casi termino el
álbum y probablemente vaya a España
—deberías llevarme Mau,¡llévame!
—uy no, con lo remilgosa que eres, le dejo totalmente la responsabilidad a Indra
Ella hizo una mueca al escuchar el nombre de su pareja, cambió al instante su gesto. Sin embargo el morocho lo notó
—ey, ¿Pasa algo?— preguntó — ¿No van del todo bien las cosas con el?
Danela suspiró pesadamente, apretó sus labios y negó con la cabeza. Tenía muchas ganas de contarle todo. Ella no era de tener muchas amistades cercanas y Mauro era quien sabía siempre todo. Excepto esto. No se lo había contado a nadie y se sentía completamente sola pero tampoco podía buscar apoyo en el ya que era amigo de los chicos. No quería que quedara metido
—van del todo mal — se limitó a contestar.
Mauro la miró con el ceño algo fruncido, recordó la plática que tuvo con Alejo aquella noche donde vio los mensajes de ella. Había decidido no pensar mucho en eso, no era su asunto. Pero en el fondo estaba algo preocupado por sus amigos
