Confianza

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Jungkook se alejó de Jimin, mirando cada detalle en su rostro. Guardando esa imagen en su memoria, escuchando un suspiro y ver como una de sus pequeñas manos se deslizó buscando su mandíbula.

- Jungkook... ¿Esto es el amor? - sus mejillas se sonrojaron.- ¿Te has enamorado de mí?

- Sí, lo hago... Jimin, estoy enamorándome de ti.

- ¿Por qué? Yo... No tengo nada que ofrecerte...

- No digas eso...

- Pero lo es... Yo... No te puedo dar nada, mírame... Ni siquiera sé cómo es el mundo en el que estoy, soy... inservible...

- Tú no eres inservible Jimin... Eres el ser humano más hermoso que alguna vez haya conocido, eres genuino, inteligente, bondadoso... Simplemente me siento caer frente a ti, cada vez que te veo...

- No podría hacerte esto, atarte a mí, atarte a mí oscuridad.

- Pero si tú ya me has sacado de aquella en la que estaba... Dame ese permiso, de estar contigo cuando la luz llegue a ti.

- Jungkook...- susurró.-

Jimin extendió sus manos para tocar el rostro del pelinegro, acarició sus mejillas suavemente. Llegó a su cabello y deslizó sus dedos entre las finas hebras, hasta llegar a sus oídos. Intentando memorizar su físico lo mas que podía hacerlo a través del tacto y Jungkook lo permitió, sintiendo ese amor en cada caricia.

- Tengo mucho miedo...

- No temas, te aseguro que todo va a estar bien.

Y pronto se sumergieron en un fuerte abrazo, sintiendo esa sensación de mariposas recorrer en sus estómagos.

Jimin sumergido en su pecho, escuchando el latido del corazón que ya le pertenecía.

Demostrando la confianza creada con el pasar de los días, semanas y meses que llevaban conviviendo.

Creando una historia de amor propia, porque de entre todos los libros jamás había existido una igual a la de ellos.

Y así permanecieron hasta que Jungkook optó por comer algo, ordenando pollo frito a domicilio.

Después un poco de lectura y risas estuvieron presentes en la habitación.

- Jungkook, cuando pueda ver... ¿Me llevarías a conocer el mundo?

- Por supuesto que sí. - sonrió admirando el rostro del castaño que se encontraba acostado en el suelo con un libro en sus brazos.- Jimin, no hay cosa que yo no haría por ti.

- ¿Me lo prometes?

- Lo prometo.

Las horas pasaron y después de arropar a Jimin, más despedirse de Zun, el pelinegro se marchó con una sonrisa enorme.

Sus sentimientos eran correspondidos.

Sabía que Jimin tendría ese miedo, pero no se comparaba con el amor que ya sentían ambos en sus fervientes corazones.

°°°°°°°

A la mañana siguiente, la madre de Jimin lo visitaba para ordenar un poco el pequeño lugar de independencia que había conseguido su hijo.

La idea de ello aún le dolía, ella no estaba segura de si su hijo se alimentaba correctamente, pero tenia que confiar en que estaría bien por su propia cuenta.

Después de todo eso fue lo que con clemencia les solicito su adorado niño.

Y debía de respetarse esa solicitud, aunque le costara mucho.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2023 ⏰

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