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Hace 10 años

Un escalofrío recorrió la espalda de Doyoung. Escuchaba pasos y risas a su alrededor.

Las noches de reuniones de negocios de su padre eran algo recurrente en la casa de los Kim, sin embargo, usualmente los invitados se quedaban en el salón especial para aquellos eventos, no tenían permitido merodear cerca del cuarto del pequeño omega.

Doyoung observó con terror cómo una sombra tapaba la luz en la rendija debajo de la puerta, lo que hizo al pequeño subir sus cobijas hasta debajo de sus ojos.

"Oh, Doyoung" cantó burlonamente esa voz detrás de la puerta, seguido del chillido de esta al abrirse.

Dios por favor ayúdame, por favor... prometo creer en ti siempre y obedecer a mi padre. Por favor, Dios...

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Presente

Doyoung suspiró al ver a su hermano azotando otra caja en el suelo, como si la fuerza de su inmadurez y sus cosas rotas fueran a hacerlo cambiar de opinión. A veces realmente se preguntaba cómo era que el alfa era el hermano mayor.

"¿Puedes dejar de hacer eso, Gongmyung?" resopló su tía cruzando sus brazos. "Sólo lograrás que Doyoung tenga quejas de ruido en su primer día"

El alfa respondió murmurando algo y saliendo de la habitación por otra caja.

"No le hagas caso" dijo Taeyeon acercándose a acariciar el cabello de su sobrino. "Ese muchacho necesita una vida, cómo tu. Los dos se acoplarán"

Doyoung bajó la mirada, después miró hacia la ventana que daba una vista "espectacular" (como la había llamado Wendy) al bosque detrás de los dormitorios de omegas. Vista que al omega le incomodaba grandemente, pero nada que no se resolviera con las grandes cortinas azul claro que había traído.

Francamente, todo le parecía extraño en el dormitorio, como si realmente no perteneciera ahí, y para nada ayudaba que Haechan hubiera sido asignado a otro dormitorio dos pisos arriba.

"Hola, disculpa" Doyoung volteó hacia la puerta, dónde un chico con cabello castaño les sonreía. "¿Eres Doyoung, verdad?"

El omega en cuestión asintió, mientras inspeccionaba al recién llegado. El chico era claramente un omega, con unos ojos grandes y brillantes, una nariz pequeña y labios rosas. El nuevo compañero de Doyoung portaba una gran belleza, la cuál parecía no apenarlo en lo absoluto, a diferencia del pelinegro que se incomodaba cuando la gente lo miraba demasiado tiempo.

"Soy Taeyong" sonrió mientras se adentraba más al cuarto para tomar la mano de Doyoung entre dos de sus suaves manos. "Mucho gusto en conocerte, Ten y yo teníamos mucha curiosidad de conocerte"

Como siendo llamado, otra cabeza se asomó por el marco de la puerta. Esta vez por un omega con una mirada traviesa en ojos felinos y facciones delicadas.

"Yo soy Ten, te diría mi nombre pero nadie lo sabe pronunciar" El pelinegro rió. "Así que Ten está bien"

Doyoung hizo una mueca que se asimilaba a una sonrisa, no estaba acostumbrado a que tantas personas (Omegas, de hecho) fueran amables con él a la vez, usualmente la gente lo juzgaba apenas conocerlo.

"Los dos estamos en el programa de danza" Siguió Taeyong después de un pequeño silencio. "¿Qué hay de ti?"

Dooyoung estaba a punto de responder cuando un sonido fuerte los hizo salir a todos del cuarto, encontrándose con Gongmyung agarrando a un alfa de la oreja en la entrada del dormitorio.

"La seguridad claramente no es tan buena si encontré a este alfa husmeando cerca de aquí" exclamó su hermano.

El alfa soltó un gruñido mientras intentaba zafarse del agarre del alfa mayor.

Silencio ● JAEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora