- 20:00 p.m. Residencia de Bonten, sótano-— ¡Ya les dije que no sé nada! -gritó Jin, retorciéndose en la silla-
— No te creo. -dijo Rindou-
— Digo la verdad, ¡lo juro! -volvió a gritar-
— ¿Qué relación tienes con Ame? -habló el jefe de Bonten-
— Cómo... -suspiró, temblando- Bien, le contaré cómo la conocí. -los demás lo miraron atentamente- Ella tenía 14 años, su madre era una borracha y una zorra de primera, sólo me uso de cartera para sus deseos personales. Un día estábamos todos en casa y su madre me aventó a un cuarto, y ella estaba allí, desnuda y amarrada a la cama. Su madre me dijo que le diera una lección, que aprovechará de que estaba drogada... No lo hice, Ame pensó que la toque por los efectos de la droga, no me acuerdo de que droga te hacía alucinar cosas que no habían pasado, pero eso le pasó. Básicamente la conocí por su madre. A su hermano lo vi algunas veces y casi nunca compartimos palabras, eso es todo lo que se de Ame. Tengo pruebas. -terminó de hablar-
— ¿Dónde están tus pruebas? -preguntó Koko-
— Mi móvil, bolsillo derecho. -Ran fue el que cogió el aparato-
Reprodució el vídeo dónde se podía ver que lo que había dicho Jin era verdad, Sanzu miró atentamente los dos botes de drogas que había, y si, las había reconocido al instante. Al terminar el vídeo todo el mundo se quedó callado, muchos estaban un poco sorprendidos. Mikey estaba molesto. Al menos agradecía que Jin hubiera sido honesto con ellos, pero había otros problemas.
— Bien, estoy dispuesto a responder vuestras preguntas. -dijo él-
— Bien. ¿Cómo conoces a Mark Wilson? -preguntó Sanzu-
— Era un antiguo amigo mío de la secundaria, pero desapareció.
— ¿Por qué desapareció?
— Mató a su novia. -dijo- Con un martillo.
— ¿Por qué lo hizo? -preguntó Kakucho-
— Porque no quería tener sexo. Fue ridículo. -rió- Mark era un puto hormonal de mierda, y lo sigue siendo.
— ¿Por qué negociaste con él? -preguntó Mikey-
— Para daros la mercancía. No quiero volver a relacionarme con él ni de broma, es un puto psicópata, sin ofender a nadie de aquí. -miró a todos excepto a Kakucho y Kokonoi-
— ¿Qué mercancía era? -preguntó Kokonoi, entusiasmado-
— Lingotes de oro, valen más de 10.000.000 millones de yenes, increíble, ¿cierto? -al albino de pelo largo le brillaron los ojos-
— ¿Cuántos lingotes son?
— 50. -contestó tranquilamente-
— ¿Dónde están esos lingotes? -preguntó Ran-
— En mi sótano, mañana uno de mis subordinarios vendrá a dejárselos. -dijo-
— Bien, desatadlo. -el de cicatriz y el menor de los Haitani acataron la orden- Quedas libre, pero no dudaré en matarte al ver otro caso así.
— Entendido, Mikey. -salió del sótano siendo guiado por Rindou-
— Volver al trabajo, tengo asuntos importantes que atender. -todos sabían a lo que se refería su querido jefe-
Mientras eso pasaba nuestra querida protagonista estaba en la cocina ayudando a las demás chicas con la comida. Hablaban tranquilamente contando anécdotas con alguna broma de por medio, estaban tan entretenidas que no sintieron la presencia de su jefe.
— Buenas noches. -todas pegaron un pequeño saltó por el susto-
— ¿Mikey? -preguntó Ame-
— Ame, preparame dorayakis, por favor. -hizo un pequeño puchero acercándose a la nombrada-
— En menos de media hora estará la cena lista, aguanta un poco, ¿si? -sonrió dulcemente-
— Por favor -la miró con ojos de gatito abandonado-.
— Maldito... -murmuró bajito- Ok ok, ahora te los traigo. -se fue a la despensa-
— ¿Qué me veis? -preguntó cambiando su actitud-
— Nada, Mikey-sama. -se disculpó una de las mucamas-
— Mikey, no las intimides. -le regañó la de ojos verdes volviendo con dos dorayakis en la mano- Aquí tienes tu comida, pero sí no comes no habrá dorayakis durante una semana.
— Ok. -y con eso se fue-
— ¡Wow! Si que lo sabes controlar. -dijo una mucama, sorprendida-
— No es controlarlo, es comprenderlo. Es cómo un niño pequeño en un adulto, mímalo pero regañalo cuando sea necesario, date tu lugar. Es lo que yo hago, nadie me tiene que humillar, ni siquiera mis propios jefes. Pero bueno, ayúdenme a preparar la mesa. -todas asintieron-
En la cocina sólo se podían escuchar risas. Afuera de esta se encontraba el albino de ojeras, recordando las palabras de Ame.
" No es controlarlo, es comprenderlo"
Tenía razón, ella nunca lo trataba como perro o intentaba controlar todo lo que hacía. Lo comprendía y le daba consejos de sus acciones o para hacer distintas cosas, muchos de esos consejos para sus impulsos oscuros.
Mordió un dorayaki, disfrutando de su sabor y del chocolate qué tenía como relleno. Sonrió, Ame era muy importante para él, y ella no se iría hasta que él muriera. No lo permitiría, ella es su madre.Minutos después se encontraban todos comiendo en silencio, hasta que obviamente el chico drogadicto habló:
— He averiguado qué drogas eran las del vídeo. -todos lo miraron-
— Habla. -ordenó su rey-
— La primera era una droga para aumentar el deseo sexual, se llama GHB. La otra es la droga alucinógena más potente de todo el mundo, DMT, conocida cómo "La molécula de Dios". Demasiado potente.
— Entonces la madre de Ame-kun debe de tener contacto con grandes traficantes. -dijo Ran-
— Eso o puedo que ella misma sea una traficante. -dijo su hermano-
— Ran está en lo correcto. La madre de Ame está en banca rota desde hace años. -aclaró Manjiro-
— ¿La investigamos? -preguntó el trío de Bonten-
— Vigilad al hermano. Con esa clase de personas él está en peligro, Ame lo quiere demasiado. No quiere perderlo. -dijo su jefe comiendo un cacho de pollo-
— Entendido. -respondieron todos-
Minutos después todos se retiraron para completar sus labores o tomarse un descanso.
Sanzu fue a su oficina dispuesto a contactarse con una de sus mejores amigas narcotráficantes de todo Tokyo. La contactó en un instante, pidiéndole información sobre esas dos drogas y si conocía a una tal "Mary Hiroko", a lo que recibió una respuesta afirmativa de parte de su amiga. Se despidió de ella para sentarse en un lujoso sillón del despacho, suspiró y sacó un bote con pastillas. Lo miró por unos minutos, pensando seriamente en si debía de drogarse o no. Sólo tomó una pastilla para poder relajarse, una pastilla con droga no hacía mucho efecto en él, sólo si se tomaba seis de golpe. Miró los papeles en su mesa y suspiró, sería un largo día de sufrimiento para él.𝘕. 𝘈𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢: 𝘈𝘭 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭 𝘯𝘰 𝘩𝘶𝘣𝘰 𝘵𝘰𝘳𝘵𝘶𝘳𝘢, 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘱𝘭𝘢𝘯𝘦𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘑𝘪𝘯. 𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘵𝘶v𝘦 𝘱𝘭𝘢𝘯𝘦𝘢𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘈𝘮𝘦 𝘩𝘶𝘣𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘢𝘴í, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘶 𝘮𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘦𝘴 𝘤ó𝘮𝘰 𝘦𝘴 𝘺 𝘣𝘶𝘦𝘯𝘰, 𝘭𝘰 𝘷𝘪𝘯𝘦 𝘷𝘦𝘯𝘪𝘳.
𝘖𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘳é 𝘦𝘭 𝘤𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘮𝘪𝘯𝘨𝘰, 𝘴ó𝘭𝘰 𝘥𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰.
𝘘𝘶é 𝘵𝘦𝘯𝘨á𝘪𝘴 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘰 𝘥í𝘢. 💗
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𝐋𝐀 𝐒𝐈𝐑𝐕𝐈𝐄𝐍𝐓𝐀☁️ | 𝐁𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍 𝐗 𝐅𝐄𝐌! 𝐑𝐄𝐀𝐃𝐄𝐑
Fanfiction𝘈𝘮𝘦 𝘏𝘪𝘳𝘰𝘬𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘢𝘥𝘶𝘭𝘵𝘢 𝘥𝘦 22 𝘢ñ𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘦𝘥𝘢𝘥 𝘦𝘯 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘦𝘮𝘱𝘭𝘦𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘱𝘢𝘨𝘢𝘳 𝘴𝘶𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘥𝘪𝘰𝘴 𝘺 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘰 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘳. 𝘔𝘪𝘬𝘦𝘺 𝘦𝘮𝘱𝘪𝘦𝘻𝘢 𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘭𝘢 𝘤ó...