Atracción envolvente

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Despertó con poca consciencia de donde estaba, su mente seguía haciéndoselo difícil, trayendo de vuelta recuerdos de Thomas diciendo "Ya te conocí lo suficiente, no puedo seguir así" y luego tomando su cepillo de dientes, su desodorante y su rasuradora del baño. "No soy feliz, siento que estás siempre en control, te conozco hace mucho y aún así no sé quién eres. Me encanta como cocinas, y eres muy atractiva, pero nunca estás quieta, nunca te dejas llevar. Son contadas las veces que te he visto reír" le había dicho. Para luego terminar con broche de oro "Soy Leo, Melly, necesito alguien que sea aventurera, alguien que mantenga mi ritmo, que sea libre. Tu no eres libre Melly, estás obsesionada con el control, no te gusta salir de tu zona de confort. Sé que tienes problemas, que yo no conozco, pero se acabó. Contigo no puedo ser la mejor versión de mi. Te aconsejo ir a terapia, tienes todo mi apoyo".

Y dos semanas después, su ex novio estaba subido a una motocicleta con una muchacha diez años más joven, con chaquetas de cuero idénticas. No lo odiaba, desde el primer momento había sabido que era una relación con muerte anunciada, igual que las que había tenido antes. Su abuela le habría dicho que era porque ella era muy independiente, desde pequeña cuidándose sola, y las personas así están mejor sin compañía, no saben trabajar en equipo.

Suspiró y recordó por qué estaba en Japón, miró su móvil para ver la hora y vió que eran pasadas las 9 de la mañana, tomó una ducha y se vistió con unos pantalones a la cintura, y una camisa simple acomodada dentro de los pantalones, ya que estaba fresco. Cuando abrió los paneles que daban al patio, recibió mucha luz y humedad. Era una mañana luminosa y perfecta, se oía el energizado cantar de los pájaros y se sentía el aroma a tierra mojada.

La misión del día sería comprarse un kimono, como el de la muchacha que estaba con Harry y quitarse la timidez de encima para conocer gente. Se maquilló con colorete, se encrespo las pestañas e hidrato sus labios con una barra de manteca de cacao. Caminó hacia el comedor con zapatillas, que luego se quitó en la entrada, al igual que todos y se sentó en una almohada en el suelo, a la altura de una de las bajas mesas. Habían 3 personas en el salón, concluyó después de recorrer el lugar con los ojos, ninguna que se veía de su edad. La atendieron y se pidió el desayuno, el cual era un trozo de pescado, una pequeña porción de sopa, huevos y arroz. Pidió también un té de jengibre y limón.

Estaba tomando su té de jengibre en una tacita bonita, cuando alguien se sentó frente a ella. Ya sabía quién era sólo por el magnetismo que irradiaba y el aroma a pino, su presencia ocupaba mucho más espacio que su físico, y eso ya era mucho decir. Su tamaño hacía que las mesas en el suelo se vieran como un juego de niños.

-Buenos días -gruñó él, con un pequeño cuaderno en sus manos mientras alzaba la mano para llamar la atención de una de las chicas.

-Hola -lo saludó, extrañada de verlo tomar asiento en la misma mesa.

El pidió algo en Japonés, y cuando lo hubieron atendido, comenzó a pasar las páginas de un cuaderno de tapa marrón, que tenía entre manos. Melanie no lo quiso mirar mucho, podría ser muy guapo, pero a juzgar por lo de ayer, era uno de esos hombres mujeriegos, que atrapaban a las mujeres con su ceño fruncido y malas maneras. Las recepcionistas se habían derretido ante su mirada. Aún existía la posibilidad de que la mujer en su habitación fuera su novia, sin embargo, de ser así, ¿Porqué había decidido interrumpir su pacífico desayuno?

Ella miró su teléfono móvil, y se intentó conectar al wifi, cuando no lo logró, tomó una foto de lo que le habían traído para comer, sólo para tener las manos ocupadas. El hombre misterioso mirándola en cada momento la ponía de los nervios.

-¿Dónde están tus padres? -preguntó Harry mientras trazaba algo en su cuaderno con un lápiz grafito.

Ella alzó la vista y movió la cabeza hacia un lado, sin entender, al mismo tiempo preguntándose si el hombre sería quizás un arquitecto.

Un amor, un tormento. H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora