Disfuncionalmente Funcional | Tulio x Bodoque

Demasiado

Después de unas horas de sueño molestas, es levantado por su amigo albino. Aunque su posición a simple vista se ve muy incómoda (y vaya que lo era) fue difícil despertarlo, tenía el sueño pesado.

—Juan Carlos, despierta —le llama el productor, mientras mueve con ligereza su hombro y verifica que no tiene una herida, o algo que le impida levantarse con normalidad.

—Ugh... —el pelirrojo se queja, sus ojos deben acostumbrarse a la luz de aquella lámpara sobre su cabeza; se pone boca arriba mientras restriega sus ojos con su mano derecha— ¿Ya es hora de mi nota verde? —Pregunta, acumula lentamente energía en el posible caso de que deba salir corriendo a pantalla.

—No, aún no —aclara el albino—, pero pensaba que no dormías bien, te veías incómodo —rasca su mejilla con ligereza con su mano derecha, mientras con la izquierda sostiene un par de hojas.

Tiene razón, ahora tiene un horrible dolor de cabeza y de espalda. Puede escuchar cómo el presentador habla con su tipico tono animado y algo tonto de siempre; lleva ambas manos a su rostro y se cubra con estas.

—¿Bodoque? —le llama preocupado— ¿Estás bien? —sus brazos se acercan al pelirrojo con rapidez, pero igual de rápido, se detiene en seco, no quiere incomodar en algún caso.

—Si —dice con simpleza—, mi cabeza me está matando. —Finaliza, quita sus manos de su cara, cruzando miradas con el albino.

—Puedo darte una pastilla y un vaso de agua. —Da una rápida solución, no es la primera vez que ocurre esto con el mismo personaje por lo que está preparado. Lo que le preocupa es que es la primera vez desde hace un buen tiempo, teme que tenga una recaída y no se lo haya dicho a nadie. Juanin entiende que las recaídas son normales en un proceso como el que está cruzando Juan Carlos para superar su adicción a las apuestas, pero está preocupado de que posiblemente lo cargue él solo.

—Gracias, Juanin —pone sus manos sobre su abdomen, uniéndolas entrelazando sus dedos. Mira hacía arriba, frunciendo el ceño ante la cegadora e inevitable luz que encandila a sus ojos.

El albino se queda unos segundos mirándolo, asiente con ligereza y lentitud, para luego levantarse, renunciando a su posición en cuclillas; se encamina en busca de lo que le ofreció al pelirrojo. Juan Carlos suspira, cierra sus ojos con la intención de acomodar sus pensamientos con mayor claridad, estos días se han vuelto algo pesados para él, aparte de tener que asistir a terapia, organizar sus Notas y alcanzar cómo puede una especie de equilibrio económico en su vida; debe pensar en su trabajo, su vida familiar y social. Siempre ha sabido que la vida no es sencilla, pero estos últimos días lo ha sentido como nunca antes.

Se sienta, debe arquear su espalda por el dolor que siente allí. Mira a su alrededor, está en la sala de reuniones, en el suelo. No es como si no tuviera lugar donde quedarse, varios de sus amigos le ofrecieron hospedaje mientras consigue un hogar (hasta Huachimingo que vive en el estudio le ofreció una cama), los ha rechazado a todos, esta vez en un intento de volver a sentirse vivo como antes, ha volver a tener "confianza" en sí. Sabe que es mentira, nunca se ha sentido verdaderamente vivo en lo que respecta su etapa adulta, sólo recuerda apuestas. Se maldice a sí mismo, se siente verdaderamente patético por muchas de las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida.

Se levanta, camina arrastrando la delgada manta que usó como un intento rápido de cobija. Bosteza, definitivamente no durmió bien. ¿Quién diría que extrañaría tanto la cama del cuarto de visitas de Tulio?

Se dirige al baño, lava sus dientes mientras se mira al espejo quebrado frente a él. 31 Minutos nunca se especializó en mantener cosas frágiles a salvo, y los espejos de los baños no eran una excepción. A pesar de eso, después de lavar sus dientes, se mira en el espejo. Observa cómo los trozos quebrados del espejo deforman con ligereza su imagen llevándola a lados a los que no debería ir, pero no importa, se ve igual: miserable. Tal vez debería ser positivo, pero es difícil cuando sientes tanto peso encima.