Epílogo

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Es verano y normalmente hace mucho calor en el departamento de Jungkook, eso es lo que no va a extrañar después de mudarse, pues la calefacción se avería en épocas calurosas por el uso excesivo que le da, pero es que a veces no tolera tanto el sudor que le provoca las temperaturas altas. Al menos el nuevo departamento que compartirá con Seokjin es más fresco y el único calor y causa de sudor que tendrá que soportar en las noches, que para nada le molesta, es el que le ocasiona Seokjin cuando lo tiene encima, a un lado o detrás de él embistiéndolo y dándole orgasmos.

Entusiasmado por eso toma más cajas para meter sus pequeños artilugios, que fue coleccionando en su estadía en este pequeño departamento, entre estos encuentra las orejas de conejo afelpadas que le regalo Seokjin. El primer regalo que recibió de él y que ahora Seokjin lo relaciona con un conejo cada que puede, a él le gustan los conejos, pero ¿de verdad se parecía a uno?

Como sea, le gusta y justo por eso quiere mudarse lo más pronto posible a un departamento más grande, para por fin construir una pequeña casita que ha diseñado para sus nuevos conejos. Se coloca la diadema de orejas de conejo en su cabeza y continúa empacando, pues tiene los días contados para abandonar el departamento y se ha atrasado gracias a los proyectos que tiene en la universidad.

Después de cerrar algunas cajas, está cansado y se dispone a acostarse en su cama, cuando se ve en el espejo se da cuenta que aun lleva la diadema y no es porque sea él, pero se ve bonito, las orejas de conejo le quedan muy bien y entiende porque a Seokjin le gusto tanto cuando se las puso, debería ponérselas más seguido para su novio, más bien debería darle un pequeño regalo de bienvenida a su nuevo departamento.

Solo tendría que buscar algunos complementos para hacer real esa fantasía, que se le estaba pasando por la cabeza.

A los días siguientes, visito algunas tiendas hasta que encontró lo más adecuado para su pequeño regalo y para mantener la tensión y su regalo fuera recibido con más entusiasmo, se negó a tener intimidad con Seokjin, con la excusa que estaba muy cansado de la mudanza, aunque también estaba siendo un castigo para él mismo.

A Seokjin le parecía extraño, porque solo bastaba con empezar a comerle la boca y el cuello a Jungkook para que este se desvistiera y se subiera sobre él, pero quizás de verdad la mudanza era más terrible de lo que daba a saber Jungkook, pues sus intentos por comenzar algo, terminaba solo en acurrucarse y quedarse dormidos.

Cuando por fin todas las cajas estuvieron en su nuevo departamento, lo primero que Jungkook pidió armar fue la cama, ya que según él quería dormir cómodamente, aunque sus intenciones era otras.

Estaba obscureciendo y Seokjin cada vez se veía más cansado, no quería que su sorpresa fuera opacada por el cansancio de estar acomodando cosas. Le propuso a Seokjin un brindis con vino por su primer día viviendo juntos.

—La botella está en la cocina —le dijo, para que su novio fuera por ella y así él pudiera sacar la lencería que tiene guardada en una de sus maletas.

Entra al baño de la habitación para cambiarse, se coloca unas medias blancas con orilla de encaje con pequeños moños rosados y una tanga que apenas mantenía cubierto su miembro. Peina su sedoso cabello obscuro y sobre su cabeza acomoda la diadema de orejas de conejo. Pinta ligeramente sus labios para realzar el rosado natural y combinaran con su atuendo. Deja su pecho descubierto. Al final para mantener el misterio se coloca una bonita bata y sale del baño cuando oye que Seokjin ha vuelto a la habitación.

—¿Te acuerdas de esto? —le señalo las orejas sobre su cabeza.

Seokjin que llenaba las dos copas con vino, mira hacia Jungkook, que permanece parado aun en el marco de la puerta del baño. Lo primero que ve es la diadema de conejo que le regalo a Jungkook, recuerda que le pareció un regalo gracioso que darle, pero cuando se la vio puesta su pecho se llenó de ternura y desde ese momento se dio cuenta de lo mucho que le empezaba a gustar Jungkook, ya no solo como una compañía intermitente si no que de una forma más peligrosa.

Necesito terapia  | JinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora