Con delicadeza dejó las rosas en la pequeña tumba que ella misma había hecho momentos atrás, sus ojos ámbar llenos de lágrimas por su pérdida.
Emma Hanagaki apenas tenía 3 años, estudiante de la guardería Mizo, su cabello rubio llegaba hasta su cintura y sus ojos amarillos eran dignos de halagos, unas mejillas regordetas y rosas cual dos fresas, su piel pálida y cuerpo delgado.
Una niña simplemente adorable por donde la quieran ver, tímida y con pocos amigos.
—Luna...lo siento, no pude ayudarte— soltó entre sollozos.
Luna había sido una pequeña gatita negra que encontró en su camino de regreso a casa meses atrás, su mamá le dijo que no podían tener mascotas en el departamento pues este era muy pequeño.
Un simple cuarto, un baño pequeño y un balcón que daba a la carretera.
Emma no quería regalar a la gatita y decidió cuidarla en secreto, llevando comida todos los días al lote baldío que había detrás del kinder.
Jamás se imaginó que llegaría un día para ver a ese pequeño e inocente animal sin vida a causa del veneno que alguien le dio. Dolía mucho, y al principio creyó que el animal estaba dormido hasta que una anciana que pasaba por el lugar le confirmó la muerte del animal.
La campana del kinder sonó, indicando el final de receso, Emma dejó la mitad de su sándwich en la tumba, se despidió nuevamente para correr hasta su escuela y evitar que notarán su ausencia.
Movió delicadamente el tubo gris que estaba mal puesto y entró al terreno perteneciente del kinder, caminó lentamente hacia su salón y se dispuso a entrar, pero pronto sintió que alguien la tomó de la mano.
Masataka Kiyomizu 3 años mayor que ella, se supone que con 6 años debería entrar a la primaria pero por algún motivó seguía asistiendo al kinder y molestaba a la pequeña rubia todos los días.
—Cara de rana, ¿A dónde vas?
Emma solo agachó la mirada, el kinder juraba ser un lugar seguro pero Kiyomasa la molestaba todos los días y los maestros jamás decían o hacían algo para defenderla. El azabache picó la mejilla de la niña con una regla que tenía en mano y al no obtener la reacción deseada decidió llevar más allá.
—Lamento llamarle, somos conscientes de su horario tan...apretado.
Mentiras, realmente les daba igual hacerlo perder el tiempo en estúpidas reuniones, fácilmente se pudieron haber esperado a que fueran por la niña para hablar pero prefirieron llamar al trabajo de Takemichi para exigirle que fuera a ver qué sucedía.
Y Takemichi no dudó en dejar su trabajo aun sabiendo que eso significaba un día entero sin sueldo.
—Quisiera saber, ¿Qué es tan urgente para llamarme a mi trabajo? No lo malinterprete, por Emma dejaría todo pero...mi hija nunca ha hecho algo malo así que estoy realmente confundido.
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Good Morning Daddy [MITAKE] ✅️
FanfictionDonde Takemichi es padre de una linda niña de 3 años llamada Emma Hanagaki, la pequeña infante tiene un encuentro inesperado con el líder de la mafia más peligrosa de Tokyo y pronto inicia su aventura.