I. De Hirving y un Cuento.

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Pregúntale a “Chucky”

“De alguna manera siento
Que te conozco de toda mi vida
Y que hemos estado juntos
Desde el inicio del tiempo
He perdido piezas vitales
Del rompecabezas
Tú podrías ser la respuesta,
Extraño”
Stranger – The Rasmus


1. De Hirving y un Cuento.

—Por favor mire a la cámara y diga su nombre completo.

—Hirving Rodrigo Lozano Bahena.

—¿Edad?

—23 años.

—Dígame señor Lozano, ¿sabe porque esta aquí?

—Es lo que quisiera saber, me dijeron que tenían que hacerme unas preguntas sobre algo que sucedió en el mundial de Rusia, ¿estoy en problemas?

—No señor Lozano, es solo una cuestión científica.

—Eso me deja peor, yo soy futbolista.

—Señor Lozano, no está en problemas, solo queremos saber si recuerda haber visto la marca del alma gemela.

—¿La marca del alma gemela? Eso es un cuento, ¿no?

—Solo responda la pregunta, por favor.

—No, no la vi.

—Señor Lozano, no se encuentra en problemas pero si miente puede meterse en uno.

—Dígame Hirving o Chucky, como mejor le parezca, cuando me dice señor me siento viejo.

—No se me permite llamarlo así señor Lozano.

—Ya.

—¿Puede asegurarnos que vio la marca?

—No la vi. Le digo la verdad.

—Hay testigos qué juran haberlo escuchado decir que la vio, en uno de sus compañeros de equipo. El arquero Guillermo Ochoa.

—¿Memo? No, somos amigos, colegas, me considera uno de sus protegidos, pasamos mucho tiempo juntos, si tuviera esa marca en él lo sabría, ¿no?, por ser tan unidos. ¿Qué no se supone que es un mito?

—Los mitos muchas veces tienen algo de verdad.

—Vaya.

—Por eso necesitamos que sea honesto señor Lozano.

—Ya. Son raros aquí. ¿Ya me puedo ir? Tengo entrenamiento en un rato y apenas voy a llegar.

—Si. Se puede retirar, pero si recuerda algo, por favor, llámenos, puede ayudar al futuro de la ciencia en el país.

—Gracias. Creo.

Cuando era un niño pequeño mi abuelita me contaba un cuento muy interesante, en ese entonces no le había puesto mucha atención, pero me entretenía mucho el como me lo contaba

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Cuando era un niño pequeño mi abuelita me contaba un cuento muy interesante, en ese entonces no le había puesto mucha atención, pero me entretenía mucho el como me lo contaba.

Ahora que intento recordar los detalles solo puedo pensar en lo feliz que estaba de que mi abuelita me diera las buenas noches, ya que significaba que dormiría esa noche para despertar y jugar de nuevo al fútbol.

Aunque era el cuento favorito de mi abuelita jamás me imaginé que detrás de sus palabras encontraría algo de verdad, ya que hablaba de cómo las personas están destinadas a encontrarse, sin importar el tiempo, la distancia o la nacionalidad.

Curioso, ¿no? Vivimos en una mancha en el bastó universo y de alguna forma nuestras existencias están echas para poder convivir con personas que llenarán nuestra vida de experiencias, unas malas otras buenas, pero estamos aquí para eso.

MI abuelita le llama a la existencia el don divino del cielo.

Y que si encontrabas en esa existencia alguien con quien hacer conexión entonces ya eras bendecido.

Eran cuentos para niños al fin, cuentos que escondían mucha verdad, cuentos que me llevaron a tener la experiencia más extraña de toda mi vida, de cómo aún al estar en esa mancha en el universo, de ser polvo de estrellas, el amor, la amistad y el cariño mutuo cambia para siempre la forma en que vez el mundo.

Y de verdad te vuelves bendecido.

Soy Hirving “el Chucky” Lozano, delantero del  Napoli y de la Selección Mexicana, en esta historia les contaré de cómo uno de mis amigos encontró a su alma gemela. Al amor de su vida y en el proceso aprendió de si mismo, de lo que puede dar y no dar, de lo que es sufrir y gozar.

De cómo un pedazo de existencia te vuelve una mejor persona.

De como los cuentos para niños se volvieron historias reales.

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