5.
—¿El parque?
—¡Si! –gritó Shoto, insistiendo a Izuku y tirando de su remera hacia abajo. —No está lejos.
—¿Cómo sabes que hay un parque aquí?
—Lo vi cuando volvíamos ayer.
Katsuki miró a Uraraka tras oír la charla de Shoto e Izuku.
—¿Podemos ir? –preguntó, con la boca llena y apenas entendible.
—Era super grande, Suki. –Shoto se volteó a verlo, con ojos emocionados. —Tiene muchos juegos.
Midoriya miró a Ochako y se encogió de hombros.
—Solo si comen sus vegetales.
Shoto arrugó la cara, mirando su plato como si fuera un bicho raro. Clavó una zanahoria y sacó la lengua asqueado antes de llevarla a su boca, cuando masticó hizo un exagerado escalofrío. Uraraka sopló una risa. A Katsuki no le pareció un reto complicado, no tenía problemas con sus vegetales y los terminó sin apuro.
—¡Buen trabajo, Katsuki! –halagó ella, aplaudiendo al ver su plato vacío. El niño sonrió. —Esta noche podemos comer hamburguesas.
—¡Sí! –Shoto festejó, apretando su puño. De repente tuvo motivación para llevar los vegetales a su boca. —¿Con papas?
—Muchas papas.
—¿Hamburguesas? –Katsuki parecía dudar y la extrañeza llegó a ambos adultos. Izuku asintió. —Umm... solo puedo comer chatarra los sábados.
Uraraka río, casi como si oyera un chiste. Izuku se encogió en su lugar, cerrando los ojos con un repentino recuerdo. Había olvidado por completo los hábitos alimenticios que establecieron para Bakugou. Hizo una mueca y asintió hacia Uraraka, una mirada que decía: oíste bien.
—¿Por qué solo los sábados? –preguntó curiosa.
—Eso dice mamá. –su respuesta parecía tener sentido, lo dijo seguro. Alzó su pequeña mano y enumeró. —Los vegetales a diario y las frutas por la tarde. Carne cada dos días y variar con pollo, arroz y fideos. Mamá busca que no me desborde, así que chatarra solo un día. Mi dieta dice que...
—¿Tu dieta?
Ochako alzó su cejas, dejando los palillos a un costado de su plato. Katsuki se enderezó, un poco a la defensiva al ver la molestia colarse en las facciones de la mujer. La mesa estaba tensa de repente.
—¿Izuku? –lo llamó, tamborillando sus dedos sobre la madera. La lengua estaba entre sus dientes.
—Sus padres son diseñadores. –dijo el pecoso, como si eso acalarara todo.
Uraraka solo se jactó y negó.
—No en mi casa. –dijo y miró a Bakugou. Su dedo índice golpeo la madera. —Aquí no hacemos esas dietas.
—Pero mi régimen es para absorber proteína, mis músculos crecerán fuertes y-
—¿Cuántos dedos hay aquí? –extendió una mano.
—¿Cinco? –dudó.
—Exacto. Cinco. –remarcó. —Tienes cinco años Katsuki. Tienes que comer saludable, sí, no lo voy a negar pero no una dieta.
—Mi mamá dice-
—Ella no está aqui. –su voz se elevó un poco, algo harta. —Yo estoy diciendo ahora que en esta casa no hay dietas.
Katsuki frunció las cejas, enojado. Empujó su silla y se levantó de la mesa, corriendo arriba. Midoriya se tomó la frente un momento antes de mirar a Shoto, quién tenía un rostro incómodo pero no había dicho una sola palabra.
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KIDS
FanfictionShoto y Bakugou fueron afectados por una particularidad que los convirtió en dos niños pequeños. Sus amigos tendrán que lidiar con ellos hasta que vuelvan a la normalidad. Historia corta Parejas: todobaku/izuocha Contenido soft Los personajes no m...