𝗨𝗻 𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗜𝗻𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱𝗼

el levador

Habían pasado unos minutos, tal vez horas, quién sabe, desde que Mandy empujó con fuerza a Chester, dejándolo inmóvil en el suelo. Sus ropas ya se habían secado, pero aún había agua en el suelo, lo cual preocupaba a Mandy.

- Chester, despierta - susurró Mandy, intentando despertarlo.

Chester aún no respondía, así que Mandy comenzó a sacudirlo como si fuera un papel mojado. Mientras lo hacía, repetía una y otra vez "estúpido", culpándolo por lo sucedido, aunque en parte también sabía que era su culpa.

Chester estaba despierto y sintió el dolor, pero decidió hacerse el inconsciente solo para ver cómo reaccionaba Mandy.

"¡Si te disculpas, sería mucho mejor!", pensó Chester, esperando una reacción por parte de Mandy.

Mandy se sintió muy culpable y decidió decir: "Si no te despiertas, te daré un beso".

"Ja, no eres capaz", pensó Chester con una sonrisa burlona.

Mandy se acercó lentamente al rostro de Chester, a punto de darle el beso. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Chester se despertó de repente, con el rostro sonrojado.

- Espera... - balbuceó Chester.

- ¡Creíste que lo iba a hacer! ¡Deberías haber visto tu cara! - Mandy comenzó a burlarse de él.

- Oh, mira a Mandy siendo cómica - respondió Chester con sarcasmo.

- Bueno, no importa. ¿Cómo salimos de aquí? - preguntó Mandy, buscando una solución.

- Mandy, ¿no te acuerdas dónde te sentaste? - preguntó Chester con un tono burlón.

- Si mencionas eso de nuevo, te juro que te mataré - amenazó Mandy, sintiéndose frustrada.

- Tranquila, no hay necesidad de enfadarse. Saldremos de aquí pronto, bueno, en un mes... - bromeó Chester.

- ¿Qué? - exclamó Mandy, sorprendida.

- Jaja, solo bromeo - se rió Chester.

Mientras Chester se reía, Mandy buscaba algo con lo que pudieran salir.

- Deja de reírte y busca algo para salir - le instó Mandy, impaciente.

- Qué pereza... - respondió Chester, sin mucho entusiasmo.

- Si no lo recuerdas, ¡todo esto es tu culpa! ¡Si no hubieras jugado con los botones! - exclamó Mandy, culpando a Chester por la situación en la que se encontraban.

Mandy, desesperada, agarró a Chester del cuello, llenando de ira sus movimientos. Pero justo en ese momento, las puertas del elevador se abrieron de repente.

Darryl, interrumpido en medio de su frase, vio a las dos personas en el elevador y se detuvo en seco. Mandy volteó la mirada y se dio cuenta de que estaban siendo observados.

Darryl sacó su teléfono rápidamente y tomó una foto antes de que las puertas se cerraran nuevamente.

Mandy empujó a Chester una vez más, pero esta vez no se preocupó tanto y recordó lo sucedido hace unos minutos. "¡Qué vergüenza!" pensó para sí misma. "Al menos el elevador está abierto, estamos en el piso 50".

Chester se mantuvo en silencio después de lo ocurrido, sabiendo que ese momento nunca sería mencionado.

El sonido del elevador marcó el final del trayecto cuando Chester y Mandy finalmente llegaron a su destino. El gerente los recibió con un tono de reproche.

- Llegan tarde - dijo el gerente.

- Disculpas por la tardanza, ya que...