Y así continuaron los días, con bromas constantes por parte de Chester, quien se divertía siendo el bufón de Mandy. Aunque a veces las travesuras de Chester requerían que Mandy interviniera y solucionara las consecuencias. Pero cada vez que Mandy se acercaba lo suficiente a Chester, él siempre recordaba lo que había planeado hacer aquella tarde, algo que la avergonzaba y ya no le molestaba tanto, hasta que se recuperara por completo.
Sin embargo, las consecuencias de las travesuras constantes empezaron a afectar la tienda y ahuyentar a los clientes. Mandy se encontró en una situación difícil. —¡Agh! No estoy ganando suficiente dinero, estoy perdiendo. ¡Y todo es culpa de ese estúpido bufón! —exclamó con tono de molestia e irritación. Se le ocurrió una idea, pensando en voz alta—. ¿Debería venderlo? Ja, mejor lo regalo.
Mandy sabía que no podía culpar completamente a Chester por las dificultades en su negocio, pero estaba frustrada y necesitaba encontrar una solución para recuperar el éxito de su tienda de dulces.
Cuando Mandy mencionó la palabra "bufón", Chester aprovechó la oportunidad para asustarla, saltando repentinamente. La princesa se enderezó rápidamente, olvidando lo sucedido y asumiendo una postura firme. Tenía que concentrarse en sus deberes.
—¡Chester, eres un estúpido! —exclamó, pero enseguida sonó el teléfono, interrumpiendo el momento. Era una llamada de un número desconocido.
—¿Qué esperas? ¡Contesta! —le instó Mandy a Chester.
—¡Aw, ya voy! —respondió él, sacándole la lengua en tono juguetón—. Hola.
—Hola, ¿podrías pasarme con la señorita Mandy? —habló una voz desconocida al otro lado de la línea.
–Se confundió de número, usted a llamado a la tienda de regalos.
¡Mandy está a mis órdenes! Hehe, suckers.Chester colgó la llamada con su típica frase, disfrutando de su pequeño acto de travesura. Mandy, confundida por la situación, preguntó quién había llamado.
—¿De qué estás hablando? No importa, ¿quién llamó? —inquirió Mandy, tratando de mantener la compostura.
—Brawlear o no brawlear... ¿Es eso una pregunta? —respondió Chester con una sonrisa traviesa.
—Deja de bromear —exclamó Mandy con irritación.
De repente, el teléfono volvió a sonar y Chester decidió contestar una vez más.
—Hola —saludó, esperando una respuesta diferente.
—Señor o jovencito, esto es en serio. ¿Está Mandy disponible? —preguntó la voz al otro lado de la línea.
—¿No entiendes? Ella no está aquí —respondió Chester con cierto fastidio.
—Esto es en serio —insistió la voz, pero Chester decidió colgar nuevamente, sintiendo que algo extraño estaba sucediendo.
—¿Quién era...?
—No es na—
Llamaron nuevamente
—die.
Mandy se encontraba cada vez más irritada por las llamadas persistentes. Chester, molesto, agarró el teléfono y cortó la frase de la persona al otro lado de la línea, diciendo una vez más que Mandy no estaba disponible. Sin embargo, las llamadas continuaban y Mandy, ya cansada de la situación, le ordenó a Chester que le pasara el teléfono.
El bufón se resistió, jugando a hacerse de rogar, lo que hizo que Mandy perdiera el control y saltara sobre él. Ahora, Mandy estaba encima de Chester, quien se sonrojó ligeramente por la sorpresa.

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𝗨𝗻 𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗜𝗻𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱𝗼
Storie brevi𝐂𝐇𝐄𝐒𝐓𝐄𝐑 𝐗 𝐌𝐀𝐍𝐃𝐘 || ¡Bienvenidos a Candyland! En este lugar mágico, dos jóvenes sienten una extraña conexión entre ellos, aunque ambos lo niegan cada vez que lo piensan. Lo peor de todo es que Chester, a través de sus "pequeñas bromas"...