¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No hay espacio para que te muevas debajo de él, no hay espacio para que él salga de tu coño tembloroso con cada embestida, con los lascivos ruidos de su polla hundiéndose cada vez más dentro de ti, enredándose con la energía cinética que baila en el aire contaminado de sexo entre sus cuerpos.
─ Quiero que me folles, quiero que me folles. Fóllame nena... por favor... ¡oh dios!
Nada tiene sentido para el demonio de la motosierra cuando está drogado con tu coño cremoso como si fuera la mejor droga que se le puede ofrecer a un adicto. Está demasiado borracho como para darse cuenta de que es él quien te está follando, sus pelotas golpeando con fuerza tu culo, su pelvis aplastada contra tu clítoris pegajoso e hinchado y su polla cubierta de una espumosa mezcla de semen blanco y espeso. Estás tan caliente y húmeda, tan acogedora como si la polla de Denji tuviera un hogar entre tus paredes.
Tal vez sea su diabólico apetito, tal vez la forma en que estás tan linda debajo de él, con la piel brillante por el sudor, los ojos vidriosos y los labios hinchados por todos los besos que habían compartido. Sea lo que sea, pones a denji contra las cuerdas, haces que su polla se retuerza y gotee a lo largo de tu aterciopelado interior, un blanco opaco que mana de tu pequeño agujero maltratado pero que sólo sirve para facilitarle que se introduzca en ti.
─ ¡D-denji!
Así que eso es, ese es el punto que hace que te paralices y tus ojos se pongan en blanco y tu coño se apriete contra él tan fuerte que haces que te llene con otra carga, pero eso no detiene a Denji, aún no ha tenido su ración.
─ Sí, nena, ¿te gusta así? ─ pregunta, agarrándose al cabecero mientras te sujeta a su polla goteante y dura como una roca ─ te gusta así, ¿verdad? Oh, sí, te gusta, Dios, te gusta.
Cada movimiento de sus caderas está premeditado para darte el máximo placer, para que lo encierres egoístamente en el paraíso de tu sexo salaz, para que te corras tan fuerte que lo obligues a salir de ti hasta que el propio Denji se vea obligado a golpear la cabeza de su polla sórdida y sensible contra tu clítoris para poder correrse de nuevo. Recoge su orgasmo, te lo vuelve a meter dentro y repite el proceso para que ambos estuvieran hechos un desastre tembloroso y sobreestimulado.
Porque la polla borracha de Denji tiende a repetirse, hasta que ninguno de los dos puede más.
