Way Back Home [YoonSeok]

17.

Advertencias: yoonseok como pareja principal, cositas lindas y fluff.

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Yoongi lo agarró desprevenido.

Pudo sentir como los trabajos, sobre la mesa, caían al suelo estrepitosamente mientras Yoongi lo empujaba contra ella. Hoseok ni siquiera alcanzó a protestar como correspondía, pues de forma inmediata la boca del alfa se posó sobre sus labios, y le estaba besando como nunca hizo antes.

Lo estaba besando como si quisiera comérselo, y ese pensamiento hizo que su omega gimiera con clara necesidad.

Las manos de Yoongi se colaron bajo su ropa, acariciando su cintura. Fue en ese instante en que Hoseok, mareado por el beso, sintió su húmeda entrada.

Empujó a Yoongi un poco, lo suficiente para que ahora comenzara a besarle el cuello, y el omega gimió. Sus feromonas inundaban el aire de la oficina, por lo que alguien no tardaría en darse cuenta lo que estaba ocurriendo allí.

Bueno, ¿y qué importaba? Yoongi era su novio, pensó en la bruma del placer, era su alfa. Ellos se querían, se querían demasiado, ¿acaso ya no era el momento de tener ese ansiado momento íntimo?

No. Pero no allí. No en ese lugar.

—Yoongi —gimió Hoseok, y el alfa frotó su entrepierna contra la del omega. Sintió la dureza y humedad a través del pantalón—, necesito... necesito...

—Te necesito —gruñó Yoongi, y Hoseok gimoteó—, mi bebé...

—Sí, sí —aceptó el menor, pero trató de mantener la calma—. Deja... deja que llame a... a Namjoon. Namjoon, sí —trató de aclarar sus pensamientos—. Él... él nos puede llevar a tu departamento, y allí...

—Te haré mío —jadeó Yoongi, y volvió a besarlo. La mente de Hoseok pareció derretirse con ese nuevo beso, con el hecho de sentir la lengua contra la suya.

A pesar de sus palabras, el alfa no se calmó los siguientes minutos. Hoseok se volteó boca abajo sobre la mesa, sintiendo suaves embestidas por encima de su pantalón. Yoongi se comportaba como un alfa en extremo caliente, no el hombre serio y controlado que conocía, y esa idea casi lo enloqueció.

Marcó el número de Namjoon desde el celular de Yoongi, aferrándose a la madera y tratando de aguantar los gemidos de su boca.

—Hola, Yoongi —saludó Namjoon.

—Namjoon —jadeó Hoseok, moviéndose y tratando de que el alfa lo soltara, pero sólo le hizo soltar un gruñido—, soy... soy Hobi...

—¿Ah? Hola, Hobi —el otro alfa sonaba desconcertado—. ¿Pasa algo?

—¡Sí! —chilló Hoseok—. Yoongi, él... él está en celo, y necesito... Estamos en su oficina, pero...

—¡Oh, demonios! —Namjoon soltó otro par de groserías—. Vale, bien, voy a buscarlos.