Epílogo

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advertencias: último capítulo

—¡A ver, ¿a cuántos de aquí les gusta comer un huevito frito, revuelto o duro?!

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—¡A ver, ¿a cuántos de aquí les gusta comer un huevito frito, revuelto o duro?!

—¡A mí, a mí, a mí!

Hoseok se rió ante el entusiasmo de los niños, que levantaban sus manos con exaltación infantil. A esas alturas, ya estaba acostumbrado.

—¿Y cómo dice la canción del huevito, niños?

—¡Popular y perfecto, completo en todos sus aspectos! —corearon los pequeños de manera desordenada—. I love egg, egg!

El omega volvió a reírse, encantado y feliz. Al menos, hasta que Minseok habló.

—¡El maestro Hobi tiene un huevito en su panza!

En un inicio, se sintió algo confundido por el grito que pegó el niño, pero a los pocos segundos entendió a qué se refería.

—No es un huevito —aclaró, y llevó su mano a su barriga hinchada—, es un bebé.

—¡¿Un bebeeeeeeeeeeeeeeeé?! —gritaron todos.

—Sí, un bebé —Hoseok sonrió otra vez, y el timbre que anunciaba el fin de las clases tocó—. ¡Pero bueno! Se los contaré cuando nos veamos el lunes, ¿qué tal?

Los niños y niñas volvieron a corear que sí, y agarraron sus mochilas mientras Hoseok les iba a abrir la puerta de salida. Afuera, en el pasillo, ya les esperaban todos los padres para llevarse a sus hijos a la casa, que no tardaron en salir. A medida que se iban, Hoseok les iba chocando las manos y deseándoles un bonito fin de semana.

Comenzó a recoger sus cosas y levantó la cabeza cuando escuchó que alguien tocó la puerta, que seguía abierta.

—¿Interrumpo algo? —preguntó Yoongi.

—¡Mamiiiiii! —gritó Jungkook, yendo de la mano del alfa—. ¡Ya vámonos, vámonos!

Hoseok cerró su bolso y se lo colgó. Se inclinó ante el pequeño omega que ese día cumplía sus siete años.

—¿No me vas a saludar, Kookoo? —preguntó.

—¡No me digas así! —chilló Jungkook, avergonzado, pero se estiró y besó la mejilla de Hoseok—. Vamos, vamos, ¡quiero pastel!

El omega le agarró la mano a su cachorrito, que parecía a punto de salir corriendo hacia el auto. Yoongi, sin embargo, le retuvo y sólo ignoró los quejidos del pequeño para sostener a Hoseok de la barbilla y darle un beso en la boca. Hoseok soltó una risita traviesa.

—¡Puaj, que asco! —gritó Jungkook entremedio de los dos.

—¿Todo bien hoy, bebé? —preguntó Yoongi—. ¿Cómo se portó el pequeño Soobin?

—Soobin estuvo tranquilito hoy —aseguró Hoseok, y se puso a caminar, con Jungkook todavía refunfuñando—. ¿Me extrañaste?

—Siempre te extraño —Yoongi le dio otro beso, sólo que en la mejilla, y se rieron al oír el nuevo reclamo de Jungkook.

Way Back Home [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora