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Aquel Sábado era algo tarde ya cuando decidí ir al supermercado por algunas cosas, incluyendo una nueva chaqueta de cuero y guantes.
Era la hora perfecta para buscar algo en Grindr, ya que había estudiado muy bien la rutina de Stilinski durante esas horas, y el acosador policía no se encontraba patrullando o arruinando mi vida sexual en ese período de tiempo.
Encendí mi motocicleta y arribé en unos rápidos diez minutos sólo para que mi entrada fuera rechazada
-Cuando llegué eran las Siete y Cincuenta y Ocho, arregla tu maldito reloj- le grité al guardia quién seguramente no me permitía acceder debido a mi vestimenta
-¿Y piensas que te dejaré entrar dos minutos antes de las Ocho?- Se cruzó de brazos -la regla es que.."
-Sí, sí.. vete al carajo- le interrumpí tomando mi billetera y ofreciéndole un par de billetes -tómalos y déjame pasar-
-No los aceptaré, señor..- habló mirando de reojo a una de las cámaras
-¿No hay otra parte por dónde pueda ingresar?"- me agaché simulando amarrar mis agujetas, sólo para colocar el dinero bajo las botas de aquel hombre
-Puede dar la vuelta y bajar hacia el estacionamiento, pregunte por Louis y podrá entrar sin problemas-
-Muchas gracias- me coloqué de pie otorgándole una sonrisa victoriosa que pronto borré al darme la vuelta.
Cuando estuve adentro, modifiqué un poco mi peinado e hice a un lado mi chaqueta para burlar las cámaras e intentar salvar el trabajo de aquel patético guardia de seguridad.
La tienda se hallaba desolada. Apenas dos personas se paseaban por esta apreciando las prendas y comparando precios, para seguramente no terminar comprando nada.
-¿Le puedo ayudar, caballero?- El solitario vendedor de apellido Gilbert se acercó a mí esbozando una jovial y atractiva sonrisa. Su uniforme era algo ajustado e impecable. Era castaño, de piel pálida y labios rosa. No podía tener un poco más que veintidós. Todo un bombón.
-Gracias..- mencioné inspeccionándolo -¿dónde puedo probármela?- Le enseñé dos chaquetas de cuero completamente iguales, recibiendo una confundida mirada de su parte
-Ehh.. puede probársela aquí mismo sí desea..-comentó frunciendo el ceño
-La cosa es que me gusta probármela sin camisa. Algunas personas me han dicho que luzco jodidamente sensual así- expresé coquetamente guiñándole el ojo. Él ni se inmutó y señaló hacia los probadores a su derecha
-Puede probarse ambas en los vestidores- sonrió falsamente y se dirigió hacia un nuevo cliente que entraba a la tienda.
-Idiota- rodé los ojos y seguí sus indicaciones para probarme aquellas prendas, despojándome de mi camisilla blanca para vestirla y posar frente al espejo para sacar un par de fotos.
Decidí agregarlas a mi perfil de Grindr, pero al momento de ingresar a la aplicación, una selfie de aquel sensual vendedor apareció frente a mí... -Lo sabía-
-¿Necesita ayuda ahí dentro?- le escuché decir frente a la puerta del vestidor, una vez que noté que estaba en línea posterior a actualizar la app
-Sí, necesito ayuda con mi cremallera..- bromeé abriendo la puerta, encontrándome con su seductora mirada nuevamente adentrándose y cerrando la puerta tras él
-Finalmente alguien viene a salvarme de este infierno llamado 'servicio al cliente'- se arrodilló frente a mí desabrochando mis jeans con impaciencia
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The hottest confessions of a cruising bareback sex stan; cortos ✨
FanficEl misterioso motociclista Derek Hale tiene un candente fetiche por hacerlo en los lugares públicos de la ciudad de Beacon Hills.