Eres adorable

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Narra Will

Cuando dijo el comentario sobre el sabor de mis labios no pude evitar sonreír.

-Lo se, Calaverita, lo se.- Le respondí.

Después de que yo hiciese ese comentario, él se puso rojo como un tomate y escondió su cara en su chaqueta de aviador.

Era tan lindo...

Todo de él me encantaba, su piel pálida pero de un tono aceitunado, su alocado cabello negro, sus ojos negros, que a pesar de expresar tristeza gran parte del tiempo eran hermosos, sobre todo cuando mostraban felicidad al estar conmigo; su sonrisa, cuando la mostraba, era hermosa; su expresión al sonrojarse cuando estaba cerca de mí, sus rasgos faciales perfectos, su carácter, que a pesar de ser un cabezota, me quería tal y como era; todo de él era (y es) perfecto a mis ojos.

-Death boy, no te escondas en la chaqueta, no es necesario.- Le dije, deseando ver sus preciosos ojos.

Él levantó la vista de su chaqueta, nervioso.-No, no quieres ver mi cara, doy vergüenza tal y cómo estoy ahora.- 

Sonreí.- Si, si quiero verte, me da igual como estés, yo siempre quiero verte, y tú nunca das vergüenza, di Angelo.-

En ese momento, él levantó la cabeza de su chaqueta y le vi la cara, que seguía roja como un tomate.- ¿Cómo puedo no dar vergüenza?- Me preguntó mi novio.

-Porque eres adorable y hermoso, y no debes avergonzarte de eso.- Dije, justo antes de acercarme a él y abrazarlo.

-¡No soy adorable!- Respondió.

Solangelo: la pimera citaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora