Sasaki estaba afuera. Salió con Okita.
Su palacio también estaba vacío, pues aviso que entraría en celo. Le molestó que Sasaki, su Omega se fuera con otro, que no se quedará con el en su celo.
Pero sasaki no sabía que estaba en celo, los humanos, estaban festejando la derrota de los dioses. Y se había ido desde hace un día, antes de que entrara en calor.
Desde temprano empezó a sentir el mareo. Cómo sus caninos crecieron, sus pupilas dilatadas. En ese momento saco a todos de su palacio.
Era un Alfa que ya había marcado a un Omega. Si cualquier persona que no fuera Sasaki se le acerca no dudaría en atacarla, su Alfa vería a cualquiera como amenaza, alguien que quiere alejarlo de su Omega.
No era capaz de controlar sus feromonas, salian por todos lados, sus sentidos se agudizaron, sobre todo el de su nariz buscaba con desesperacion el olor de su Omega.
Así que camino hasta el cuarto de Kojiro, gruño molesto al no verlo ahí. Se acostó en su cama sintiendo el olor del humano en el cuarto, el olor a bosque, y flores lo inundo, sonrió satisfecho cuando detecto su propio olor impregnado.
Mordía las almohadas mientras gruñía —Kojirio...— Solo el olor del Omega era suficiente para ponerlo duro. Se restregaba contra las sábanas cuando miro el armario.
Ahí había ropa de Sasaki, cosas de Sasaki y más olor. Tragándose su nulo orgullo -en esa situación- se acercó a la puerta y empezó a sacar los kimonos de sasaki, toda la ropa del humano para ser exactos.
Hizo una especie de montaña con ella si se metió en la ropa, aspiraba el olor.No pudo evitar fantasear, la imagen de Kojiro sonrojado debajo de el, desnudo con marcas que el puso en su cuerpo, la mordida de en su cuello. Bajo su mano hasta su entrepierna, y empezó a jalar su falo, gruñendo y gimiendo en nombre de su esposo —Ah... Ko-Kojiro —.
Escucho su nombre y por un momento penso que era su imaginación.
{×}
Había llegado de la fiesta. Le pareció extraño que nadie lo recibiera en la entrada.
La parte baja del palacio estaba vacía. Podía oler las feromonas de Poseidón, pero era normal después de todo era un Alfa dominante.
—Poseidon —Dijo, empezó a subir las escaleras. Quizás estaba en su cuarto.
En el segundo piso, las feromonas de Poseidón aumentaron, se daba una ligera idea de por qué no había nadie en el palacio.
No estaba preparado para el celo de Poseidón después de una fiesta de tres días. Así que bajo a la cocina, prepararía un té, aliviaría un poco el celo, lo atendería cómo su Omega. Le ponía un poco nervioso. Así que se apresuró a hacer el té.
Su Omega interno estaba feliz y emocionado, al igual que el. Pero si veía las cosas con la cabeza de arriba, no soportaría ni una hora, así que calmaría un poco a Poseidón y después le ayudaría como es debido.
En eso pensaba cuando el olor a mar y a canela con miel, inundo la habitación.
—¿Quien es?—.
Poseidón estaba a la defensiva. No lo reconocia, le dolió un poco, pero acababa de llegar de un lugar en dónde habían muchos alfas y si pasas mucho tiempo con alguien hay bastantes posibilidades de que su olor se quede.—Soy yo, pecesito —.
No se movió. Poseidón estaba detrás de el, sabía que si se movía lo mataría, así que se quedó en su pocision y optó por decir algo característico de el.
