El nuevo barista de la vieja cafeteria

Contigo aprendí

Levi no se opuso al divorcio como Erwin había pensado, el creía que Levi intentaría persuadirlo de cualquier manera, pero cuando vio que después de darle la noticia Levi simplemente tomo algo de ropa y regreso a la cafetería sin dirigirle la palabra le quedo claro que Levi no era de los que rogaban.

Por el contrario Levi puso todo de su parte para que el trámite se agilizara e incluso dejo la casa que compartía con Erwin antes de firmar los papeles. Para que Erwin pudiera hacer los cambios y ajustes necesarios para su nueva vida.

Así cuando la mudanza termino de subir las cosas de Levi, este dio un último recorrido comprobando que no se le olvidara nada, pues no pretendía volver a poner un pie en esta a pesar de que había sido su hogar por muchos años.

Finalmente y después de comprobar que no dejaba ni un calcetín se dirigió a la puerta de la casa donde se encontró con Erwin, quien se veía sumamente incomodo por la situación.

—Espero que él te amé más de lo que yo lo hice, y que a él no lo engañes con alguien más joven cuando los años pasen. — Dijo Levi a manera de despedida, antes de cargar a Matcha y subir a su auto.

Erwin esperaba que Levi al final rompiera en llanto lamentándose por el divorcio y que enseguida lo abrazara con todas sus fuerzas sin intenciones de separarse de él, incluso esperaba que lo besara apasionadamente en un intento por recordarle como haba sido su relación antes. Pero nada de eso sucedió, ni siquiera un beso en la mejilla.

Todo había sido como si fueran 2 extraños.

Así la casa había quedado sin rastro alguno de la presencia de Levi. Ya no había velas aromáticas ni barredoras inteligentes recorriendo el piso. Tampoco estaba ya el rascador y las repisas de Matcha.

En ese momento Erwin sintió un nudo en la garganta provocado por la ausencia de Levi, incluso sentía que algo dentro de él se había roto y que nada podría llenar ese vacío. Intento distraerse recorriendo la casa para ver qué era lo que hacía falta pero aquellas paredes vacías le recordaban todos los momentos que había vivido ahí con su ahora ex esposo.

Cansado de sentirse de esa manera pensó que un vaso de agua helada ayudaría con el nudo de su garganta. Así que se dirigió a la cocina pero en los muebles ya no había platos, ni vasos, mucho menos alguna taza olvidada. Tampoco estaba el dispensador de agua pues todas esas cosas habían sido compradas por Levi.

Pensó entonces que podría beber una cerveza pero el refrigerador estaba vacío, pues Levi no había hecho la compra desde hace más de 15 días. Con un azoton cerró la puerta del refrigerador y tomo las llaves decidido a demostrarle al mundo y a si mismo que no necesitaba a Levi en su vida, pero antes de que pudiera abrir la puerta de su auto Armin llego en un pequeño carro de mudanza, del cual bajo emocionado al ver a Erwin y corrió hacia el para darle un fuerte abrazo el cual mágicamente le devolvió la tranquilidad a Erwin y deshizo el nudo de su garganta.

—Se me hizo tarde porque había mucho tráfico pero ya estoy aquí. — Susurro al oído de Erwin.

Enseguida los de la mudanza comenzaron a bajar las pertenencias de Armin, las cuales irónicamente ocuparon los espacios que dejaron las de Levi.

Contigo aprendí

Que existen nuevas y mejores emociones

Contigo aprendí

A conocer un mundo nuevo de ilusiones

Aprendí

Que la semana tiene más de siete días

A hacer mayores mis contadas alegrías

Y a ser dichoso, yo contigo lo aprendí

Contigo aprendí

A ver la luz del otro lado de la luna

Contigo aprendí

Que tu presencia no la cambio por ninguna

Así conforme fueron pasando los días Armin termino de instalarse en su nuevo hogar y el recuerdo de Levi comenzó a quedar en el olvido, pues Armin era todo lo que Erwin había deseado y ambos eran muy felices.

Pasaban los fines de semana conociendo lugares nuevos y disfrutando de la vida, aunque también había ocasiones en que se quedaban en casa viendo Netflix.

Mientras que Levi vivía solo en una antigua casona que había comprado con la intención de restaurarla y convertirla en una cafetería/galería de arte. Pero ahora sería su nuevo hogar pues aunque Eren le había ofrecido vivir con él, Levi había declinado la oferta pues aún no se sentía listo para vivir con alguien más, y aunque no lo admitiera públicamente extrañaba a Erwin más de lo que imagino. Razón por la cual muchas veces las más simples cosas le traían recuerdos de su ex-esposo al presente. Lo cual más de una ocasión lo hizo llorar.

—Detesto que me pase esto. — murmuraba cada vez que tenía que limpiar sus lágrimas.

Aunque Eren lentamente le ha ido devolviendo la alegría y la fe en el amor, pues aunque no viven juntos Eren siempre está presente cuidándolo en cada celo y protegiéndolo de cualquier Alfa que intente acercarse a él.

—No quiero que te vallas, quiero que te quedes— Pidió Levi mientras descansaba sobre el pecho de Eren.

Esa era la última noche de su celo y por lo general era entonces cuando Levi le pedía a Eren que lo dejara solo pero esta vez le pidió que se quedara, pues ya se sentía listo para compartir su espacio con Eren por el resto de su vida.

—Está bien me quedare. Pero ya no me queda ropa limpia. — Respondió Eren.

—No me importa, puedes usar la mía. — Dijo Levi con una sonrisa pues sabía bien que su ropa no le quedaría a Eren. —Supongo que no me explique bien, por lo que seré más directo. Quiero que vivas conmigo. — Levi observo con atención a Eren esperando por la respuesta.

Aprendí

Que puede un beso ser más dulce y más profundo

Que puedo irme mañana mismo de este mundo

Las cosas buenas ya contigo las viví

Y contigo aprendí

Que yo nací el día en que

Te conocí

Aquella casa se había convertido en el paraíso para Eren y Levi pues a pesar de que ambos eran solteros oficialmente, Levi no quería dar a conocer su relación por el temor a que su negocio se viera afectado.

Por lo que mientras laboraban Eren y Levi se trataban como jefe y empleado, pero ya en casa todo cambiaba pues Levi podía demostrar su lado cariñoso sin restricciones y Eren podía mimarlo todo el tiempo

Levi nunca se había sentido tan feliz en su vida pues Eren siempre tenía tiempo para escucharlo, cuidarlo y amarlo. Además de que también cuidaba muy bien de Matcha, pues aunque el anciano gato al principio se mostraba reservado y tímido ahora recibía a Eren como si lo conociera de toda la vida.

Eren también se sentía feliz, incluso en ocasiones al despertarse por la mañana se daba un pequeño pellizco para comprobar que estaba despierto y no soñando, pues por fin tenia al omega que amaba y este le correspondía con la misma intensidad.