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─ ¿Porquė no me dijiste que era tu cumpleaños?

Paul vió con su único ojo disponible, ya que el otro estaba detrás de una
pequeña toalla con hielos y se encogió de hombros.

La fiesta de cumpleaños era exclusivamente familiar, pero era porque Paul no tenía amigos para invitar, todos habían quedado en Liverpool y no habían podido venir.

Así que solo estaban ellos dos, entre los padres de Paul, su abuela y un par de tios, porque, de nuevo, muchos se habian quedado en Liverpool.

─ Ni siquiera te tengo un regalo, Paul
─ dijo, pero el otro sólo se encogió de
hombros─. No, no hagas eso, a mí me molesta mucho cuando no me traen
un regalo en mí cumpleaños, es que.. Es una de las pocas ocasiones del año
donde te dan un regalo.

Paul lo apuntó y luego movió el dedo negativamente.

─ Bien, yo no me contengo cuando quiero regalarte algo.

Eso hizo a Paul sonreir, pero hizo una mueca de dolor cuando el gesto le tiró
la herida del labio.

John suspiró, todavía tenía ganas de matar a esos chicos.

Los había visto salir del baño, carcajeandose, uno de ellos lo miró, con esa sonrisa egocéntrica.

"Tu novio te esta llamando" dijo, para luego hacer una "o" con los labios,
burlandose de la mudez de Paul "Oh, cierto" y no escuchó más porque
había ido corriendo hacia el lugar.

Paul se dió cuenta de qué debía estar pensando John, se acercó a el para
apoyar una mano en su hombro, negando con la cabeza para que se olvide.

John alzó la vista hacia él.

Paul era un chico muy dulce, demasiado cálido para un mundo tan frio, con
personas que querian apagar ese calor, ese brillo en los ojos y que planeaban
amargarlo.

John temía que desgraciadamente, habían enfriado bastante la
personalidad del chico, aunque con él no era asi, en cuanto Paul volvía a
estar solo parecía apagarse.

Y no lo merecia, no merecia nada de eso.

─ Paul, creo que deberias cambiarte de escuela─ dijo.

Las palabras hicieron que las cejas de Paul se alzaran, abriendo los ojos con
lo que parecía miedo, comenzó a negar efusivamente, haciendo señas con su
unica mano disponible.

John intentó tranquilizarlo, tomando su mano entre las suyas, conteniendola.

─ Tranquilo, shhh... Yo me cambiaré de escuela también─ dijo─. Estaremos
juntos, seguiremos juntos.

Mute | Mclennon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora