Parte 10

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El sonido del timbre de mi apartamento me sacó de mis sueños y me trajo a la realidad.

- Joder- estiré mi brazo y tomé mi celular- a quien se le ocurre molestar un sábado a las 7 de la mañana- lentamente me levanté de la cama y me senté en la orilla, mientras trataba de recordar si había planificado alguna reunión de trabajo para ese día.

- No- me dije a mi misma- yo nunca he programado reuniones en este horario, y tampoco las hago en mi casa, siempre son en algún restaurante o en la oficina, además por petición de Jake, deje mi fin de semana li-bree. Espera ¿Jake? - me puse de pie de inmediato mientras todas las piscas de sueño y cansancio desaparecían en un instante de mi cuerpo- ¿será posible? - corrí hacia la puerta y la abrí sin siquiera verificar antes quien era el que tocaba.

- Buenos días, señorita Mc.

- Buenos días- respondí decepcionada al ver que solo se trataba de un repartidor, aunque no era cualquier repartidor, el joven era el mismo que llevaba los regalos de Jake a mi oficina- wow- dije mientras miraba la caja que él tenía en sus manos y varias más en el suelo- en este momento tengo muchas dudas ¿Qué son todas esas cajas? ¿Cómo lograste subir todo esto sin ayuda? Pero la más importante es ¿Cómo lograste venir con todo esto hasta aquí sin ser detectado? Normalmente debes registrarte en la recepción del edificio y ellos se encargan de notificar a los apartamentos antes de dejar pasar a alguien.

El joven solo sonrió un poco nervioso a mis palabras- tranquilo sé que no me darás una respuesta y tampoco la quiero, hay cosas que es mejor no saber-guiñe un ojo lo que provocó un leve sonrojo en el joven.

- Mis órdenes fueron únicamente hacerle de su conocimiento quien enviaba estas cajas, dejarlas en la entrada y retirarme, pero hay algunas que son un poco pesadas- mientras hablaba no pude evitar ver como sus dedos se movían nerviosos sobre la caja que sostenía.

- Claro, entiendo, te lo agradezco- me hice a un lado y lo dejé pasar- puedes dejarlas ahí- señalé hacia un punto cercano a la entrada.

El joven se apresuró a entrar todos los paquetes- listo- dijo al terminar y se dispuso a retirarse, pero cuando ya estaba fuera del apartamento se giró hacia mi.

- ¿Aún hay algo más?

- Solo quisiera darle una recomendación.

- Claro, dime.

- La seguridad de este edificio no es muy buena, por lo que antes de abrir la puerta, asegúrese bien que la persona que está tocando no es alguien que tenga malas intenciones.

- Entiendo-sonreí un poco avergonzada-gracias por la advertencia, lo tomaré en cuenta la próxima vez.

- No es nada- se dio la vuelta, pero solo dio un paso y nuevamente se giró hacia mi.

- ¿Qué ocurre?

- Es que, tanto la vez que he ido a su lugar de trabajo como ahora me di cuenta de- bajo la mirada y empezó a jugar con su mano- de... De que usted...

- ¿Estoy siendo vigilada?

El joven levantó la cabeza de inmediato, su mirada reflejaba sorpresa- ¿ya lo sabía?

- Sí, desde hace mucho.

- ¿Cómo es que puede estar tranquila? Normalmente las personas se asustan o preocupan cuando se enteran de algo como esto.

-  Lo que pasa es que son inofensivos, siempre y cuando no meta mis narices donde no debo o mejor dicho siempre y cuando no sepan que estoy metiendo mis narices donde no debo- deje salir una pequeña risa.

- Mmmm Claro-estiro su mano hacia mí y me indicó que le diera la mía- sabes, nosotros ayudamos a personas como tú- sacó un lapicero de su bolsillo y empezó a escribir varios números en la palma de mi mano- puedes ponerte en contacto conmigo si necesitas ayuda en algún momento.

¿Y si fuera Real?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora