Mis chicos (Narunette, Sasunette, Gaanette)

Capítulo 6 (Misión)

Narro yo

𝖫𝗅𝖾𝗀𝖺𝗌𝗍𝖾 𝖺 𝖼𝗈𝗇𝖿𝗎𝗇𝖽𝗂𝗋𝗆𝖾 𝗆𝖺́𝗌 ．．．

Marinette miró aquella ave que con su pico tocó la ventana de la oficina.

—¡Gaara!, un ave trae una carta— informó.

—Trae la carta, por favor— pidió el kage.

Marinette obedeció y tomó la carta que el ave traía en su pata. Caminó unos cuantos pasos antes de quedar a un costado del Sabaku no.

Gaara tomó la carta y la leyó... una mueca se formó en su cara al leer lo que estaba escrito en aquella carta.

El de cabellos rojizos se levantó de su asiento, con cuidado, abrazó a la chica de azabaches cabellos.

—𝐏𝐨𝐫𝐟𝐚 𝐧𝐨 𝐭𝐞 𝐯𝐚𝐲𝐚𝐬... 𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐬𝐚𝐥𝐠𝐚 𝐞𝐥 𝐬𝐨𝐥...— pidió el de cabellos rojizos con mucha tristeza inundando no solo su voz sino también su rostro y sus ojos.

Marinette solo lo vio, ya sabía que significaban aquellas palabras...

—Regresaré, Gaara— prometió. —Solo iré a una misión con mi equipo— habló tratando de tranquilizarlo.

Gaara soltó un suspiro, sabía que no podía hacer nada, esa había sido una de las cláusulas en el contrato.

—Ellos vienen para acá, te recogerán en las puertas de Suna, deben de ir a descubrir quién es era el informante de Sasori— explicó el chico de ojos azules como las aguamarinas.

—Mañana al salir el sol, ¿no?— preguntó tratando de confirmar lo que sabía.

—Así es— confirmó.

—Iré a prepararme, Temari ya debe de estar llegando— avisó la azabache antes de abandonar la oficina.

[...]

—¡Caminen más rápido!— ordenó la chica.

Los dos sensei soltaron un suspiro, Sakura era algo impaciente cuando se trataba de ver a Marinette -sobretodo después de no verla por un tiempo y no poder tener sus pláticas de chicas-.

Pronto se pudo divisar una ola de arena dirigiéndose a donde el equipo estaba.

—Tardaron demasiado— se quejó la chica de ojos azules con un tono de voz reprochante.

—Gaara mandó su arena, ¿no?— preguntó Kakashi, analizando la arena.

—Sí— le confirmó con rapidez. —Soy Marinette— se presentó mirando a los dos nuevos integrantes.

—Soy Yamato— se presentó mirando a la azabache. —Así que tú eres la famosa Princesa de Konoha— habló mirando a la azabache con cierta curiosidad en sus ojos.

—¿Princesa?— cuestionó mirando al castaño por tal apodo inesperado del que ella no tenía conocimiento.

—Te dicen así por estar bajo el cuidado de dos ninjas poderosos, sino es que más— explicó el de piel pálida.