—¡No puedes seguir haciendo esto! —el grito de Midoriya fue estridente en medio del silencio, llamando la atención de todos. Bakugo estaba pisando fuerte por delante de él. No parecía a gusto con estar cerca de Midoriya en ese instante—¡Oh, vamos! ¡Di algo! —Midoriya corrió detrás de él, su mano derecha tomo la muñeca de Bakugo y este detuvo sus pasos. Su entrecejo se frunció y un pequeño espasmo sacudió sus brazos. Sus manos se flexionaron aunque ninguna explosión salió de ellas.
Bakugo se estaba conteniendo.
—Deku —su voz salió viciosa, llena de ira y furia contenida cuando hizo uso del apodo— Suéltame —no había sido una demanda ni mucho menos una petición. Sino una advertencia. Pero Midoriya no se apartó.
—¡No! —sus palabras fueron firmes aunque sus labios temblaron. Su expresión era una extraña combinación entre miedo y decisión.
—Deku —su voz reverbero con fuerza. Bakugo había girado la mitad de su cuerpo y sus ojos rojos inyectados por la sangre brillaron en su dirección, Midoriya trastabillo, mientras tragaba duro, más su mano no soltó su muñeca— Eh dicho que me sueltes —su voz fue firme e irrevocable, para este punto se esperaría que Midoriya notará el cambio en Bakugo quien parecía querer destrozarlo en ese preciso instante.
—¡No! ¡No lo haré, Kacchan! ¡Pensé en darte tiempo! ¡Esto está siendo difícil para todos! ¡Pero que tú, entre todos nosotros te rindas... no puedo permitirlo!
—¿Rendirse? ¡¿De qué demonios hablas, imbécil?! —los ojos de Bakugo se abrieron un poco, el desconcierto se blandió en ellos, sin embargo Bakugo educó rápidamente su expresión, solo había sido por una fracción de segundos el desliz, uno que cualquier otra persona se hubiera perdido si es que Midoriya no conociera cada pequeño detalle de su amigo de la infancia. Supuso que su reacción solo indicaba que sus conjeturas estaban en lo correcto. Eso le hizo asustarse.
—¡No mientas! —la mano libre de Midoriya tembló— ¡Kacchan, desde la pelea con Shigaraki, no has sido tú mismo! —las palabras brotaron a la par de las lágrimas, Midoriya parecía herido— Después de todo tu casi... —hubo un momento donde sus palabras flaquearon, Midoriya hipo— Y ahora es como si te hubieras rendido, y eso ha puesto a todos de los nervios —sus palabras salieron rasposas, sin soltar su muñeca como si su vida dependiera de ello tembló en su lugar. Bakugo ni se inmutó. Su expresión era ilegible. No hubo calor en su mirada, ni una mueca inverosímil ante la sonrisa llena de soberbia que enmarcaba su rostro como era común observarlo en él.
—¿Estas escuchando la mierda que estás diciendo? —pronunció con lentitud dejando asimilar las sílabas hasta conectar la oración por completo— ¿Quién carajos se ha rendido? —sus dientes rechinaron entre sí, Bakugo mantenía una expresión neutra, vacía, pero la dureza en como empezaron a salir las sílabas mostraron que se estaba conteniendo— ¡Por si no lo sabes hago mi jodida parte! ¡¿Acaso tienen alguna queja de como hago mi maldito trabajo?!
Midoriya lo miro con sorpresa, casi con terror y aunque dio un paso hacia atrás su mano siguió aferrada a su muñeca.
—Y-Yo no dije eso... Nadie dice eso —sus palabras salieron de forma apresurada, torpe, casi empezó a tartamudear como en un principio, Bakugo lo miro poco impresionado. Aburrido.— C-Como sea, Kacchan ¿Que sucede contigo? Quiero decir, de la noche a la mañana ya no hablas con nadie, ni con Kirishima ¡Y tú consideras a Kirishima como un igual! ¡Después de todo son amigos!
—¿Quien dijo que somos amigos? —la voz de Bakugo fue firme, indolente. No hubo gritos, pero su fuerza se sintió.
Los ojos de Midoriya se abrieron, una mezcla horror y sorpresa se mostró en ellos, algo se revolvió dentro de su interior y casi lo hizo querer vomitar, el pie que había trastabillado hacia atrás remontó hacia adelante, algo había cambiado.
![](https://img.wattpad.com/cover/335411995-288-k273798.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cuando las luces se apagan【DekuBaku】
FanfictionCuando las luces se apagan hasta las sombras salen a bailar. Y los pasillos se llenan de susurros. Verdades a medias y secretos que no desean ser revelados. Cuando las luces se apagan, hasta los ángeles y demonios salen a llorar, mientras las rosas...