cap 8. "del reves"

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El crepúsculo envolvía el tranquilo paisaje, pintando el cielo con tonos rosados y dorados. Las gradas de aspecto desgastado nos acogían, cada uno sumergido en sus propios pensamientos y emociones.

La preocupación se dibujaba en nuestros rostros mientras esperábamos a Jonathan y Nancy, una sensación de inquietud flotaba en el aire. Mike se aproximó, su voz temblorosa intentando ocultar su preocupación.

—No están—susurró. Un instante de estupefacción inundó nuestro ser, incapaces de comprender la ausencia de nuestros amigos.

La confusión y el temor se entrelazaron en nuestros latidos mientras intentábamos asimilar la realidad. El coche de Jonathan y Nancy había desaparecido, cómo si se hubieran desvanecido en el aire. La incertidumbre se alojó en nuestros corazones, tejiendo un nudo en nuestras gargantas mientras intentábamos imaginar dónde podrían estar.

Dustin rompió el silencio con su habitual curiosidad agitada.

—¿Y tu tía?—indagó con voz inquisitiva. Me miraron expectantes, esperando una respuesta que incluso yo desconocía.

La responsabilidad pesaba sobre mis hombros y me levanté con determinación.

—Voy a buscarla—afirmé, una mezcla de miedo y determinación palpable en mi voz.

Justo cuando me disponía a levantarme y salir en busca de mi tía, ella apareció frente a nosotros. Su rostro reflejaba preocupación y aprensión, y en sus ojos se vislumbraba un rastro de súplica por respuestas.

—¿Dónde están Nancy y Jonathan?— preguntó con voz cargada de temor.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal mientras me preparaba para pronunciar esas palabras que tanto temíamos. Ce se adelantó, su voz temblorosa pero decidida.

—El Demogorgon...—susurró, dejando que la afirmación pesara en el aire.

Un suspiro angustiado escapó de los labios de mi tía, sus pensamientos girando velozmente en busca de un plan de acción.

—Mierda—murmuró en un tono apenas audible que reflejaba toda su preocupación e impotencia ante la situación. Su chaqueta fue rápidamente puesta, y se dispuso a partir en busca de nuestros amigos.

De forma instintiva, me acerqué a ella, alzando mi voz.

—Vamos contigo—propuse, mi determinación y lealtad brillaban en mis ojos. Pero mi tía negó con firmeza, imponiendo su autoridad.

—No, no. Vosotros os quedáis aquí— ordenó con una seriedad inquebrantable.

Las palabras se atragantaron en la garganta de Dustin, a punto de expresar su insistencia en unirse a la búsqueda. Sin embargo, mi tía lo interrumpió de manera contundente.

—No—sentenció, su voz resonando con una mezcla de amor y advertencia. La mirada desafiante de Mike encontró los ojos de mi tía, pero ella no cedió.

—¡Es mi hermana!—gritó con vehemencia.

Un breve silencio inundó las gradas, en el que se palpaba la lucha interna de cada uno. Mi tía exhaló con pesar, comprendiendo la angustia y el amor que emanaba de Mike.

—Lo sé, y voy a ir a buscarla, a los dos. Pero vosotros os vais a quedar aquí— sentenció con una mezcla de ternura y autoridad. Nosotros asentimos con renuencia, aceptando que quedarnos era nuestra única opción.

El eco de nuestras pisadas resonó en el ambiente mientras mi tía se adentraba en la incertidumbre de la noche. La preocupación y el temor se entrelazaron en nuestros corazones, pero confiábamos en su valentía y en su inquebrantable determinación para traer de vuelta a nuestros seres queridos sãos y salvos. Mientras tanto, nosotros nos aferramos a la esperanza y nos preparamos para enfrentar cualquier eventualidad que pudiera presentarse, unidos en nuestra preocupación por Nancy y Jonathan.

𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐈𝐍𝐆𝐓𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora