Krist no se fue a la mañana siguiente, ni tampoco al otro día, ni al otro pues tras contar su terrible historia, Turbo se sintió terriblemente mal por él y logró convencer a su alfa de dejarlo por unos días más, hasta pensar que hacer, sin embargo, estos se convirtieron en semanas y luego en meses.El niño no quería regresar a su ciudad por nada del mundo y terminar en un orfanato, donde había escuchado decir a sus compañeros del colegio, que a los niños que nadie adoptaba, los mataban.
Para ganarse la confianza de sus salvadores, este empezó a hacer cosas por ellos, ayudándoles con la reforma y haciendo recados, además, recibía clases del delta, quién le enseñaba todo tipo de materias para que no fuera un total analfabeto.
Cuando algún proveedor o un policía venía a revisar el lugar, este se escondía en el último piso y se quedaba muy quietecito para no ser descubierto, ya que no quería irse.
Así pasó más tiempo y finalmente, «El Paraíso» abrió sus puertas y entonces alfas, betas y otros, comenzaron a ser asiduos del local, donde Kao y Turbo acabaron contratando a varios lindos omegas para entretener a sus clientes.
Krist no podía ser visto, así que durante las horas de apertura, este permanecía encerrado en el apartamento de la pareja, aunque se moría por bajar y ver que ocurría, sobre todo cuando había espectáculo.
Con el pasar de los años, el local nocturno se convirtió en el centro de encuentro entre clientes y trabajadores del sexo, los cuales tras consumir en el bar, subían a las habitaciones superiores, donde reinaba la lujuria y eran saciadas todas las perversiones de los clientes.
Kao y Turbo contrataban y acogían a omegas y gammas que vendían su cuerpo por horas, a cambio de un tanto por ciento, era un buen negocio, el cual les permitió seguir remodelando el edificio.
La puerta la guardaban dos enormes y fieros betas que fieles a la pareja, vigilaban que no entrasen indeseables sin dinero o portadores de armas escondidas en cualquier parte de sus ropas.
Toda medida a tomar era poca pues allí entraban algunas celebridades de la ciudad, por lo que era necesario evitar cualquier posible reyerta y que apareciera la policía.
Con el tiempo, pasó que los dulces y delicados omegas y gammas que bailan enseñando sus encantos para que clientes pagaran por pasar un buen rato con ellos, acababan maltrechos, muertos o ya no aparecían, así que la pareja decidió dejarles quedarse en el edificio, a cambio claro, de un tanto por ciento más elevado en sus ganancias por cópula.
Eso conllevó que este tuviera más cosas de las qué ocuparse, aunque siempre se mantuvo oculto, así que aprovechaba para preparar cada habitación, mientras todos estaban abajo.
Tanto los omegas como los gammas se preguntaban cómo era posible que Turbo y Kao pudiesen tenerlo todo tan bien, ya que estos estaban casi siempre en el local pero a pesar de sus sospechas, jamás supieron de la existencia del chico.
Sin embargo, cuando este alcanzó la edad de dieciséis años, se le presentó su condición y eso se convirtió en un problema pues ya no solo era comida y cobijo lo que suponía tenerlo con ellos, sino que además, la pareja tuvo que comprarle los supresores, ya que el chico resultó ser omega y muy lindo.
Su olor era rematadamente dulce y atrayente, por lo que diariamente Kao debía hacer verdaderos esfuerzos por contenerse, aún así, lograba hacerlo por su matrimonio y por su negocio.
El alfa comenzó entonces a invertir su frustración en algo productivo, por lo que empezó a hacer planes de futuro para Krist, ya que creía que debía sacar el máximo provecho de este pues quería cobrarse algún día, todo lo invertido en él, desde que lo habían encontrado en el callejón siendo un niño.
Aún le faltaban dos años para su mayoría de edad pues la ley no permitía a omegas, ni a gammas trabajar siendo menores, por lo que este aún debía crecer un poco más y hacerse mucho más hermoso para los clientes.
Turbo lo quería como a un hijo y la idea de explotarlo no le hacía ninguna gracia pero Kao era su alfa y le debía lealtad, por lo que comenzó a enseñar al omega todo lo necesario para ser complaciente.
Tras pasar esos dos años y alcanzar los dieciocho, el precioso omega por fin pudo salir de su escondite, entonces todos los omegas y gammas que trabajaban allí lo entendieron todo.
Durante sus celos, el joven omega había usado juguetes sexuales que Turbo y Kao le habían proporcionado pero cuando estaba próximo al que tocaba tras su cumpleaños, este fue llamado al despacho del alfa.
...-¿Querías verme?
-Pasa y siéntate, Krist ha llegado la hora de que tú y yo hablemos de negocios.
El omega no entendía muy bien a lo que el alfa se refería, por lo que lo miró con extrañeza.
-¿Negocios?
-Si, negocios-repitió Kao reclinandose en su sillón de cuero-...has gozado de nuestra hospitalidad todos estos años, de nuestra comida y vestimenta.
-Si, lo sé y por eso he ayudado en todo lo que he podido, ¿Acaso tenéis alguna queja?
El ambicioso alfa negó.
-Oh no, claro que no pero todo lo que haces no es suficiente para cubrir el gasto de tu medicación...los supresores que te tomas son muy caros.
-Oh vaya pero yo no tengo dinero para costearlos y los necesito, ¿No estaréis pensando en echarme verdad?-habló con desesperación el más joven-... por favor no lo hagáis, haré todo lo que sea para conseguir el dinero pero por favor no me echéis de aquí, no tengo a nadie más.
Kao se relamió imaginandose las ganancias.
-Te propongo un trato-dijo finalmente sacando un documento de su caja fuerte-...firma esto y entonces saldarás tu deuda.
Krist lo cogió entre sus manos, lo leyó atentamente y cuando terminó miró al alfa.
-Aquí dice que venderás mi virginidad al mejor postor y te quedarás con todo el dinero que recaudes.
-Si, así es.
El omega lo miró asustado.
-Pero yo nunca he estado con un alfa, a pesar de lo que Turbo me ha dicho, no sé si llegado el momento sabré que hay que hacer, además, ¿Y si se descontrola y me marca?, ¿Y si me lastima?, yo preferiría seguir con los juguetes, ya los conozco.
Al escuchar eso, el alfa gruñó con furia pues su trato considerado se estaba por agotar.
-Debes hacerlo, nos lo debes.
-Pe-Pero...
-Si quieres seguir aquí, debes firmar ese documento si o si, de lo contrario te irás inmediatamente-gruñó Kao asustando al omega.
Finalmente el moreno suspiró con resignación y acto seguido cogió el bolígrafo en su mano y firmó pues aunque tenía mucho miedo a tener sexo con otro ser, no quería irse de allí por el momento.
-Está bien, lo haré.
El alfa entonces recogió el documento con rapidez y lo guardó nuevamente en la caja de seguridad.
-Muy bien, así me gusta, Krist has hecho lo correcto y verás que tu vida a partir de ahora será como jamás la hayas imaginado, te encantará.
.......
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4. Paraíso de omegas y gammas - SingtoKrist - Omegaverse Terminada
FanficAdvertencia: Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...