XXXV

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CUANDO YEONJUN VIÓ a Lord Alton rondando fuera del estudio de su padre a última hora de la tarde, no le dio demasiada importancia.

—Creo que el rey está con Lord Varken en la armería —le dijo al otro hombre—. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

—No estoy seguro de que sea nada... —dudó Lord Alton.

—Dime —insistió Yeonjun.

—Dos aeronaves que debían aterrizar aquí para repostar durante la noche parecen haber... cambiado sus planes de vuelo.

—¿Dos? ¿Cuáles eran sus destinos?

—Mulveen y el Tridente. Ambos reinos de la alianza real.

—¿Fuimos informados de la razón del cambio?

—No, en realidad. Eso es lo que es tan preocupante. No se nos dijo que había habido un cambio de horario. Sólo me enteré porque un amigo mío es un ávido observador de aeronaves en las Islas de Ceniza. Se dio cuenta de que uno de los vuelos no había despegado como estaba previsto, a pesar de que en la pista de aterrizaje figuraba como despegado. Preguntó por ahí, y otro aficionado observó que el segundo vuelo seguía en tierra a pesar de que se había informado de que había salido según lo previsto. Tienen orígenes diferentes, destinos diferentes y trayectorias de vuelo diferentes. No se prevén tormentas en sus trayectorias. El único factor común de ambos vuelos es el repostaje en Stormshield.

Un solo vuelo cancelado no sería preocupante. Pero dos en una noche, y sus cancelaciones ocultas...

—La armada viene. Esta noche. Busca a mi padre y a Lord Varken. Encontraré a mis hermanos. Nos reuniremos aquí.

Sacó una piedra de toque de su bolsillo y llamó a los guardias de guardia para avisarles de que estuvieran alerta. Era probable que la alianza pretendiera que
la armada estuviera en sus costas al amanecer. Habían planeado pillar a Stormshield desprevenido, con la isla aún dormida. Pues bien, no iban a cumplir su deseo.

Envió a un sirviente al ala sur a buscar a sus hermanos y se dirigió al ala norte. Presionó el amuleto alrededor de su cuello tres veces mientras caminaba
para que Raine supiera que venía. La omega se reunió con él en el pasillo principal, vestido como si hubiera elegido su atuendo a toda prisa.

—¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

—Viene la armada. Esta noche.

—¿Qué?

Puso a Beomgyu al corriente mientras dirigía al omega hacia el estudio del rey.

Su padre y sus hermanos ya estaban esperando con los lores Varken y Alton.

—No hay nada en el horizonte al anochecer según los guardias de guardia — explicó—. Creemos que usarán la noche como cobertura para acercarse y atacar
con la primera luz.

―Se está formando una tormenta en el oeste —dijo Soobin—. Es probable que la visibilidad siga siendo escasa incluso después del amanecer.

—Entonces de ahí vendrán. —Las naves de la calidad que poseía la armada de la alianza sobrevivirían a cualquier cosa menos a la más severa de las tormentas.

—No sabemos si viene alguien —dijo Taehyun—. Quizá deberíamos tomarnos un minuto para pensar en esto.

Soobin no estuvo de acuerdo.

— Yeonjun tiene razón. Toda la familia Gentry se fue en esa aeronave hace días. Como ratas abandonando un barco que se hunde. No se habrían ido hasta el
último momento para no alertarnos. La alianza no se arriesgará a que sus aeronaves
queden atrapadas en el caos, así que las han dejado en tierra y esperan que no nos demos cuenta hasta que sea demasiado tarde.

La apuesta del Omega - YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora