Cuidado con lo que deseas

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Habían pasado al rededor de una hora sentados sobre la manta, cuando Louis sintió una gota de agua caer en su mejilla.

Por un momento consideró no decir nada, y esperar a que hubiera sido su imaginación, estaba disfrutando mucho esa mañana con Harry, no quería que terminara.

La computadora del rizado reproducía una película que ninguno de los dos estaba viendo en realidad, se habían pasado toda la mañana bromeando y comiendo.

Una segunda gota aterrizó en su mano, y supo que no había forma de evitarlo, tenían que irse, así que muy a su pesar decidió decírselo a Harry.

- Malas noticias, ricitos - Dijo mientras tomaba la última fresa - Está empezando a llover.

En cuanto dijo estas palabras, una gota de agua calló sobre la frente de Harry, sorprendiendo al rizado.

- Mierda, es verdad - Harry comenzó a levantarse, quedando de rodillas en la manta - Vamos a tener que irnos antes de quedar empapados.

En ese momento, como si Harry lo hubiera atraído, la llovizna se convirtió en una suave lluvia, haciendo que involuntariamente ambos miraran hacia arriba.

- Eres malo hasta escogiendo un día para salir - A pesar de la lluvia, Louis seguía de buen humor, y ambos comenzaron a guardar las cosas en la cesta de picnic.

Harry no dijo nada, pero en su rostro se dibujó una sonrisa. Cuando toda la comida estuvo guardada, el rizado tomó la canasta, Louis la computadora y rápidamente se dirigieron al auto.

Dos minutos después llegaron al estacionamiento, y la lluvia ya estaba cayendo con mucha más fuerza que antes, les era difícil ver sin entrecerrar los ojos, así que, sin meter las cosas en la cajuela, ambos entraron al auto.

- Y así, señoras y señores, es como se termina un picnic - Louis bromeó en cuanto cerraron las puertas, y se ganó una risa suave por parte del rizado.

- ¿Quién dijo que ya se terminó? - Harry tomó la canasta y la pasó a la parte trasera del auto, acomodándola en el suelo.

- Yo diría que Tláloc - Habló sarcástico, y puso la computadora frente al parabrisas.

La respuesta hizo reír a Harry, y habló con una sonrisa - No bonito, todavía nos falta el vino - El rizado tomó la botella de la canasta, junto con dos copas, para servirlo.

- ¿Quieres tomar alcohol antes de las 11 de la mañana? - El tono divertido en su voz hacía que Harry no pudiera borrar su sonrisa - Y dicen que el alcohólico soy yo.

- No es para emborracharnos, Louis - Destapó la botella y llenó una de las copas - Es para celebrar.

El castaño tomó la copa de su mano - ¿Y exactamente qué estamos celebrando? - Le dio un sorbo sin esperar la respuesta.

- Que yo gané el juego, claramente - Harry tenía la sonrisa más burlona que Louis hubiera visto en toda su vida. Y se dio cuenta de que había olvidado por completo ese pequeño detalle.

El ojiazul prácticamente tenía la boca abierta, y habló sin estar muy seguro de lo que decía - Hiciste trampa.

Harry dejó salir una genuina carcajada, por la acusación - ¿Exactamente cómo supones que puede hacer trampa?

- No te hagas el tonto, me sedujiste para ganar ese ridículo juego - En ese momento, Louis comenzó a darle vueltas a la posibilidad de que eso fuera cierto, y no le gustó lo que sintió.

- Sabes que no es verdad, bonito. No rompí ninguna regla.

- ¿Todo esto fue sólo para ganar tu estúpido juego? - La expresión en el rostro de Harry cambió inmediatamente.

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