08. A fairy tale life can be so overrated.

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El camino a donde estaban los chicos fue algo silencioso, sobre todo porque ni siquiera yo sé que decir

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El camino a donde estaban los chicos fue algo silencioso, sobre todo porque ni siquiera yo sé que decir. Estoy atrapada en la Isla de los Perdidos a causa de una estúpida apuesta entre Uma y Mal, no estoy molesta, porque a pesar de todo Ben va a estar bien, sino algo asustada de lo que pueda suceder. 

Aun si tengo ciertas esperanzas de que las cosas no se den como vienen hasta ahora. Mis amigos son los que mejores ideas tienen, sé que lograran sacarnos de esta a Ben y a mi, y salir de la Isla antes de que algo se ponga peor.

Estando a un paso de abrir la puerta para pasar del otro lado de la guarida de los chicos, la voz de Mal me detiene. Giro para verla haciendo un gesto con la cabeza para que continuara.

—¿Les dirás? Que tienes que quedarte aquí con Uma y sus secuaces. 

—Se los diré, no porque vaya a quedarme con Uma y sus imitadoras, sino porque sé que cuando lo haga, ustedes encontraran una solución, siempre lo hacen y sé que lo harán esta vez también.— Murmuro por lo bajo para que ella me escuche, porque algo me dice que los demás dentro de la guarida deben estar en silencio esperando por nuestra llegada.

Mal me sonríe un poco pero no dice nada al respecto, ella extiende su mano a la perilla de la puerta y ambas entramos al lugar, lo que llama la atención de los tres chicos allí como si fuéramos la cosa más interesante del mundo. 

—¿Y? Cuenten que ha sucedido.— Carlos enseguida pregunta en nuestra dirección levantándose del sofá.

—Tenemos buenas y malas noticias.

—La buena es que sabemos como recuperar a Ben.— Continuó el discurso de Mal mientras me dejo caer en el sofá apoyando mis brazos sobre mis piernas.

—¿Y la mala?— Jay rebota la mirada entre ambas, y nosotras entre ella y yo.

—Es que es entregando la varita del Hada Madrina a Uma... — Dejo un silencio un poco largo antes de seguir con lo siguiente, porque no pensé que fuera a ser más difícil decirlo.— Y que tengo que quedarme aquí en la Isla con ellos, para ser una mejor villana, como ella dice.

—¡¿Qué?!— El grito al unísono me lo esperaba.

—No hay manera de que Peyton se quede aquí con Uma y los demás.— Salta Evie enseguida, ella carraspea un poco calmándose de la nada y poniéndose nerviosa, algo que me hace fruncir el ceño en confusión.— Y la varita, por supuesto tampoco hay manera en que les demos la varita. No podemos dejar que destruya Auradon.

—Si Ben no tiene la varita, Ben está acabado y Peyton se tiene que quedar.— Comenta Jay.

Aunque por un momento mi cerebro se apaga por completo, es como si de la nada ya no estuviera con ellos ante la idea de tener que quedarme aquí. Me creo una persona muy fuerte, determinada y muchas cosas que hacen a un villano... Todo eso con poderes, aunque no creo tener lo suficiente para sobrevivir sin magia aquí y defenderme como debería de los demás hijos de vilanos que aun no han experimentad la vida en Auradon y odian a cada persona viviendo allí.

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