O4.

232 26 15
                                    

" LIBERTAD "

  Los muchachos de la habitación 457 de clase baja formaban un pequeño círculo en el centro de sus cuatro paredes. El pálido coreano allí presente rápidamente cortaba una de sus tantas hojas de dibujo, mientras con un grafito 2H proseguía a plasmar breves palabras bajo la mirada de los otros dos.

  En tan sólo unos segundos, lo que parecía ser una nota ya estaba en manos del americano.
  Sunghoon lo observó, sonriendo suavemente.          

  —Eveline Monrrow. Red hair, green eyes, white skin, amm.... Oh! Beautifull women. So beauty girl. — describió eufóricamente.

  Jake rió suavemente ante su emoción, observando como su tercero también hacía lo mismo.

  —Okay? Well... Amm... Bye, guys. — saludó guardando aquél trozo de papel doblado en uno de sus bolsillos.

  —See you later! Thanks, Carlos!

  Una vez la puerta se cerró, ambos amigos quedaron plasmados viéndola, luego de admirar los castaños cabellos desaparecer por esta. Jake sonrió de lado, mirando de reojo a su compañero.

  —He's really doesn't undertend us, huh. — rió de su propio comentario, siendo seguido por Park que carcajeó suavemente.

  —Sí, pero no podemos quejarnos. No tenemos ni idea sobre español.

  —Ajá.... ¿Dices que se lo dará?

  —Eso espero — murmulló suave. Sonrió mirando a Jake, para luego guiñarle un ojo con complicidad. —... Me prepararé. Hay que estar bello si es que aquella linda dama acepta.

  El australiano rió en voz baja, agachando su cabeza lentamente de manera rendida: su amigo era increíble.

◝───────⊰·♡·⊱───────◜

  Nuevamente, vajillas sonando entre sí, risas suaves, charlas venenosas disfrazadas con sonrisas de felicidad y amabilidad...

  —Miss Monrrow...

  La joven peliroja observó despistada hacia el mozo que la llamaba.

  —¿Mm? — agachándose delicadamente, este sirvió más carne al plato de la joven, deslizando de manera oculta un pequeño trozo de papel por debajo de la vajilla.

  —From Park Sunghoon. — susurró sin siquiera mirarla.

  Los párpados pálidos se ampliaron levemente, dejando relucir un suave brillo en las dos esmeraldas que llevaba como preciosos orbes. La joven pasó saliva, dedicándole una pequeña sonrisita al mozo que finalizaba de servirle su comida.

  —Oh, thank you... — murmulló, aprovechando para agradecer por ambas cosas: su alimento y la nota.

  Un pequeño silencio se hizo notar en ella, por lo que el contrario con su espalda recta sonrió.

  —Carlos. — pronunció dejando de lado su vago inglés.

  —Oh, muchas gracias, Carlos. — sonrió sorprendiendo al contrario.

𝐓𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈𝐂 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 ━ park sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora