VI. Monte de Plata

569 75 23
                                    

—¡Tenemos que regresar ahora, Yibo!— la voz apremiante y afligida de Zhan fue lo primero que escuchó Yibo unos segundos después de que los lobos rebeldes se hubieran esfumado del lugar

La información proporcionada por el Omega rebelde, quizás era el punto clave entre la vida y lamuerte de decenas de lobos del Sur, pero ¿qué era lo que haría? ¿Cuántos estarían involucrados?

Miles de preguntas atacaron su mente impidiendo que su regreso a casa fuese tan sencillo.

— No. Vamos a seguirlos, es necesario saber que es lo que traman y como lo piensan hacer, si no, solo vamos a llegar a casa sin nada más que el día que planean atacar. — los ojos avellanados de Zhan lo juzgaron cual loco suicida y no lo culpaba. Si su plan anterior para ser un Alfa era una sentencia a muerte, el querer ir detrás de ese lunático era ya estar enterado tres metros bajo tierra.

— ¿Es broma? ¡Yibo, por la luna! Vamos a morir. La manada necesita saberlo lo antes posible.

— Zhan, escúchame. — tomó por los hombros al más bajo y lo vio directo a los ojos, tal vez como una forma de convencerlo de que su plan iba a funcionar. — si vamos detrás de ellos descubriremos dónde está su escondite y podremos regresar para que los guerreros de la manda vengan aquí antes de que ellos traspasen nuestros territorios.

Tal vez Yibo tuviera razón, pero Zhan tenía medio, era un sentimiento de alerta que lo mantenía inquieto, además del hecho que había soñado con un hombre que era real y que en la vida había visto. Pero a pesar de todas las inseguridades que pudiera albergar en su corazón, este decidió como siempre confiar ciegamente en el hombre que hacía revolucionar su pulso, que lo llenaba de alegría, seguridad y una paz inmensa. Zhan aceptó y ambos se pusieron en marcha tras el camino que tomaron los cambia forma lobo.




������






Cómo era que el pelinegro sabía hacia dónde dirigirse exactamente, era un misterio hasta para el mismo y ni siquiera quería detenerse a razonar ese hecho. Solamente se trataba como si su olfato hubiera comenzado a desarrollarse de la nada logrando captar tan particulares, pero sutiles olores, como la esencia de un lobo cambia forma; era un aroma agrio, terroso e incluso desagradable que posiblemente fuera de aquel enorme Alfa de la cicatriz.

No sabía, pero lo que si sabía era que cada vez se adentraban más y más a las entrañas del bosque, era de vital importancia aprovechar cada segundo que pudieran antes de la luna llena, pero Zhan no tenía la condición para seguir corriendo y aunque este jamás proliferó alguna queja o expreso el querer detenerse, no lo haría así estuviera herido, sacrificándose por los demás.

Al caer la noche, las temperaturas comenzaron a bajar hasta calar en los huesos, Yibo consideró que era hora de tirarse a descansar unas horas, antes de seguir el rastro. Encontrando un lugar oculto bajo las copas de los enormes robles que dejaban colar unos cuantos rayos plateados de Luna. Así pararon para dormir un poco. Bebieron de la poca agua que Zhan había traído consigo y algún fruto para mitigar el hambre.

Se recargaron contra un rugoso tronco y se acurrucaron para intentar mantener el calor corporal que el aire gélido les arrebató.

— Todo esto es muy extrañó... — mencionó Zhan tras recostar cómodamente su cabeza contra el amplio pecho del menor. El silencio del pelinegro lo invito a seguir hablando.—quiero decir, todo aquí es raro. En los días que llevamos en el bosque no hemos visto ninguna otra de las criaturas del bosque, ni un solo animal, ave o ser mágico, como se contaba en las leyendas de la manada, excluyendo a los rebeldes, ha sido un camino tranquilo e incluso es hermoso todo este lugar ¿Cuándo se convirtió algo tan bello en un lugar tan peligroso? — la pregunta floto en el aire como un susurro de la noche, podían escuchar el ulular de unos búhos a lo lejos y el canto de los grillos en la hierba. Ciertamente si no estuvieran en una misión suicida, podrían haber apreciado la singular belleza que la naturaleza les estaba otorgando.

𝕀ℕ𝕊𝕋𝕀ℕ𝕋𝕆 [YiZhan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora