E.D.S.L

Closing Shift 2 [ !Yandere! Childe ]

Créditos a : AzureTea

>Yan! ¡Demonio! Childe x Fem! Lector

Parte : 2

El sonido de tu alarma a todo volumen te despierta. Como de costumbre, lo pospones al menos tres veces antes de levantarte de la cama. El aire frío de tu dormitorio te da la bienvenida y te das cuenta de que olvidaste encender la calefacción anoche. Debes haber estado muy cansado.

Una mirada a la fecha hizo que tu cerebro comenzara a enumerar las cosas que necesitabas hacer. Incluso al cepillarse los dientes, hizo una lista de compras en mente y se acordó de lavar un poco la ropa. Las clases comienzan el martes en lugar del lunes, así que tienes mañana y pasado mañana para prepararte.

Solo esperas que no dejes que este sábado perfectamente bueno se desperdicie. Después de todo, tienes tendencia a holgazanear los fines de semana. Poniendo la sartén en la estufa, tomas un huevo sin olvidar poner un poco de pan en la tostadora. Es cuando estás rompiendo el huevo cuando sientes que un par de brazos se deslizan a tu alrededor.

Con una mirada frenética, miras alrededor de la cocina pero no hay nadie. Solo eres tú. Bueno, debe haber sido tu imaginación. No hay problema.

Cuando el desayuno está listo, te sientas en tu mesa de estudio con tu teléfono en una mano, buscando algo para mirar mientras comes. Ahí es cuando recibes una notificación de Ajax, el pobrecito agradeciéndote por el tiempo de ayer y preguntando cuándo serás el próximo libre. Sin embargo, no abre el mensaje y prefiere leerlo desde la barra de notificaciones.

Parece un poco extraño leer los mensajes de alguien justo después de enviarlos.

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"Comestibles, hecho. Lavandería, no hecha. Preparación del curso antes de la clase, hecho. Solicitud de pasantía, hecha. ¿Qué me estoy perdiendo?"

Te estrujas el cerebro mientras paseas por tu habitación. Algo falta, algo está faltando. Algo que olvidaste hacer...

"¡Ajá! ¡Limpieza! Dios, no puedo creer que me olvidé de la limpieza".

Bueno, viendo que ya es de noche, piensas que mejor lo haces mañana. Ya estás cansado como estás, y también es medianoche. Tal vez irse a dormir sea la mejor decisión.

Tan pronto como te cambias, estás debajo de la manta caliente, con el calentador apagado porque cuanto más fría es la habitación, más tentadora es la cama caliente. Esta vez, no apagas las luces. A pesar de ser muy consciente de que lo que sucedió fue que tu cerebro te jugó una mala pasada, todavía tienes miedo. Entonces, la luz permanece encendida esta noche.

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Cuando te despiertas, no ves nada. Tal vez sea porque la luz ahora está apagada y las cortinas están corridas o tal vez porque una mano cubre ambos ojos. No puedes estar seguro de cuál es, porque cada músculo de tu cuerpo se niega a escucharte.

No estás entrando en pánico. Juras que no lo eres. A pesar de la pérdida de la vista, sabes que estás en tu habitación. La sábana se siente igual bajo la palma de tu mano y el calor dentro de la manta es tuyo. Entonces, ¿de quién es el calor que cubre tus ojos?

Está bien.

Respirar.

Es solo una pesadilla.

Estás seguro.

Algo presiona detrás de ti, cálido y acogedor, y lo único que te impide gritar es la pérdida de control de tu cuerpo. Solo para confirmar tus miedos, intentas abrir los ojos. Tus párpados responden, pero tu corazón se hunde cuando sientes que tus pestañas revolotean contra algo.