capitulo 116

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Hiashi apretó con fuerza el brazo de Hinata, ella sintió que su brazo se
rompería en cualquier momento si el seguía apretando con tantafuerza.

Él la zarandeó y volvió a preguntar.

Hiashi; Respondeme, ¿Qué demonios me ha hecho?

Naruto atacó a hiashi, le clavó la espada en la espalda, su ataque habria matado a cualquier humano, sin embargo a hiashi no pareció hacerle más daño del que le haría el pinchazo de una aguja, él tiró a hinata al suelo y dio media vuelta , con la espada aún clavada en su espalda.

Hiashi: Eres un verdadero acordonamiento.

Escupió hiashi con gran disgustó, quitó la espada que llevaba clavada
a la espalda al suelo

Hiashi: Deberia darte una muerte lenta, creo que eso hará que mi ira
mengue un poco. Naruto usó sus puños para pelear ya que no tenía su espada, él dio el primer golpe, pero no consiguió nada, hiashi le volvió el golpe, su fuerza fue abrumadora, naruto había soportado el golpe a puras penas. Pero después de cinco golpes seguidos terminaron cayendo al suelo, hinata quien apenas y se consciente a escasos pasos de ellos intentaron ayudar a naruto pero no pudo,habia agotado toda su magia.

Hiashi siguió golpeando a naruto sin darle tiempo a contraatacar, él no paró hasta dejarlo medio muerto, creo una bola de fuego en su mano

Hiashi: Te convertiré en cenizas, así no volverás a interponerte en mi camino maldita escoria.

Hinata entró en pánico, ella se arrastró hacia hasta donde estaba su padre, lo agarró de la pierna

Hinata: Suéltalo.

Con una patada, hiashi tiró lejos a hinata

Hiashi: No me interrumpas, tu serás la siguiente.

En ese momento en el que pensó que lo perdería todo, hinata escuchó la voz de su madre.

Hana: Mi niña, rompe el sello.

Hinata sabia que si rompia el sello perdería a su madre, pero si seguía
negándose a hacerlo, ella y naruto morirían a manos de su padre.
La imagen de su madre apareció de pronto frente a ella, pasó su mano
como queriendo acariciarla, pero no pudo, su mano traspasó su piel, con una suave sonrisa ella

Hana: Mi niña ya es hora de que me dejes ir, vive tu vida y se feliz.

Una lágrima rodó por la mejilla de hinata. Hana miro en la dirección en
la que hiashi se encontró con su único amor

Hana: Sálvale a él también,

Hinata no entendia muy bien a qué se sejería su madre, pero ya no podía seguir cudando, ella deseo con todo su corazón que el sello que bloqueaba su magia fuera liberado, en su mano apareció una puerta dorada que se abrió y como un río sintió que su magia corría por todo su cuerpo, antes su magia había sido como un pequeño caso que se secaba con facilidad, pero en ese momento su magia se convirtió en un océano infinito, no habia un limite. Hinata se levantó, su cuerpo fue rodeado por lamas plateadas, hiashi se giro al envió un poder abrumados, algo en el lo hizo temblar de miedo. Su hija estaba detrás de la envelta en llamas plateadas, aquel poder abrumador provenie de ella, aunque ella era pequeña y percia una muñeca de porcelana que podia romperse en cualquier momento,
Hiashi no pudo evitar temblar ante ella, la oscuridad que yacia en su interior , debe gritos de auxilio. Todo su ser le decia que huora, pero no pudo hacerlo, sus pies permanecieron clavados en el suelo.
El cabello de hinata cambio su tonalidad negra por un blanco puro. Ella recitaba un cántico mientras caminaba,

Hinata: Llamas plateadas que purifican todo lo que tocan, extiendase a lo lejos y destruyan la oscuridad que se ciñe sobre la tierra, llamas sagradas sanen heridas y revivan a los moribundos.

Cuando hinata estuvo frente a su padre, ella elevo su rostro con firmeza y autoridad, no había ni rastro de temor o duda en su rostro, ella terminó su cántico.

Hinata: Llamas traen la luz e iluminan las tinieblas.

Al finalizar su cántico, las llamas plateadas que rodeaban el cuerpo de hinata y se extendieron por todo el campo de batalla y llegaron hasta el horizonte donde se encontró un ejército monstruos, los gritos y chillidos de los monstruos al igual que el de algunos soldados corrompidos por la oscuridad se hicieron presentes.
Hiashi cayó al suelo y comenzó a retorcerse, aquellas llamas que anteriormente no le habían provocado ningún daño, lo estaban destruyendo. Las heridas de Alessandro se curaron, naruto pudo sentir como la magia de hinata sanaba cada herida de su cuerpo y restauraba su fuerza, al verla le parecía alguien diferente, ella se vio como una diosa que había descendido de los cielos, mientras el poder salía de hinata, naruto pudo ver como todo el caos había, volvía al orden, el
ejército de monstruos se convirtió en cenizas. Hiashi era el único quien
aun seguía con vida retorciéndose como una sanguijuela en el suelo. Hinata se acercó a él, aunque su magia era poderosa, no pareció ser suficiente para matar a hiashi, ella puso su mano sobre su rostro

Hinata: Que la oscuridad en ti desaparece.

Aquellas palabras parecían tener poder, porque los gritos de hiashi se
volvieron aún más fuertes, de pronto él se quedó en silencio y su cuerpo empezó a convertirse en barro y se empezó a desmoronarse.
Las llamas de hinata obtuvieron un extinguirse y su cabello volvió a la normalidad, volvía a ser de un negro vibrante. Ella tambaleo, naruto se apresuró a llegar a su lado y el sujeto antes de que cayera al suelo

Naruto: hina, ¿Te encuentras bien?

Hinata había roto el último sello y usó mucha magia de golpe, ella se encontró cansada, su magia en ese momento no pareció tener limite sin embargo su cuerpo si lo tenia.
Ella escuchó la voz de naruto que le hablaba, pero su conciencia estaba en otra parte, ella vio a su madre frente a ella, su larga cabellera rubia se movía con la suave brisa, detrás de ella el sol se empezó a ocultarse detrás de las montañas y a su lado sosteniendo su mano, se encontró su habia visto tal expresión en el rostro de su padre.

Hana: Mamá.

Hiashi: Gracias por liberarnos.

Hinata: ¿que?

Hana: Tu padre había sido atrapado por la oscuridad, yo no pude liberarlo, pero tu si, eras la única que podía, gracias.

La imagen de su padre

Hiashi: Perdoname mi niña, perdón por no haber cuidado de ti, por todo el dolor que te cause.

Esa era la primera vez que hinata escuchó palabras dulces saliendo de la boca de su padre, palabras sinceras que mostraron afecto, ella empezó a llorar.
Él se acercó a un poco más

Hiashi: Yo siempre te he amado mi niña, no te imaginas cuánto, pero la oscuridad que habia en a mi me impedja demostrartelo, esa oscuridad me pedia tu sangre cada vez que te veia, por eso te aleje de mi, te ignorar y te envie lejos , solo pude hacer eso para protegerte, perdona a este padre inútil que no pudo cuidar adecuadamente de ti

Hinata sabia que el espiritu de su padre no mentia y sus lágrimas se
volvieron de felicidad, ella siempre había pensado que no era amada por su padre, que nunca lo había sido, pero escuchaba que era todo lo contrario, que la amaba tanto que hizo todo lo que pudo para protegerla, la hizo feliz.
Ambos le dieron un abrazo, ellos no poseían un cuerpo físico, pero ella
pudo sentir la calidez de su abrazo.
Espero que seas feliz hinata, mi pequeña, que de ahora en adelante en tu vida solo haya alegría.
Dijo su padre mientras la abrazaba.

Hana: Aunque no puedas vernos siempre velaremos por ti.

Hinata no pudo articular palabra, ella solo siguió llorando como una niña
pequeña en los brazos de sus padres, Ambos le dieron un beso en la mejilla a su pequeña.

H y h: Debemos irnos, pero recuerda que nunca estarás sola hija

Dijo su madre, ambos se despidieron con una cálida sonrisa, se convirtieron en pequeñas motitas de luz, hasta que desaparecieron por completo, ascendiendo a los cielos.
En ese momento hunata volvió a ser consciente de que estaba en los brazos de naruto, él la llamado frenéticamente, pero ella no pudo responder, perdió la conciencia mientras veia el cielo lleno de los colores del atardecer y las motitas de luz que parecieron convertirse en estrellas.

Me Enamore Sin QuererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora