Mudanza

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{que pesimo día para no haberme dormido y faltar a clases, de por si ahora nada era peor si no contamos el hecho de que debo MUDARME. Esto es una pesadilla la peor que ni he soñado! Primero papá pierde su empleo, luego el dinero ya no es suficiente para pagar la casa pues el sueldo de mi madre no alcanza, me peleé con mis amigos y ahora nos vamos a ir de aquí para instalarnos en otro lugar que sepa uno cual es. Porque valga la redundancia mis papás no nos han querido decir a mi o a mi hermana, así que nada, no se bien que hacer con todo esto, oh claro... Empezare a mitad de año la escuela en otro lugar. Fantástico, sin duda lo mejor del mundo...}

Un joven de cabello dorado como el sol y algo alborotado, piel un poco pálida y ojos azules profundos ingresaba a su casa la cual ya no tenía esa sensación hogareña, si no que se sentía como si le hubieran arrancado todo lo que la hacia un hogar tan familiar y acogedor. Donde estaban las fotos, títulos y demás adornos de las paredes ahora solo había una ligera marca que el tiempo y los años habían creado. Donde estaban los estantes con los trofeos de música de su padre ya estaban guardados en una caja que estaba semi abierta. La casa estaba llena de cajas con cosas, aquello hacia que el lugar se sintiera solo y triste.

{No puedo creer que en una mañana ya hayan juntado todo. Ya casi no queda nada... He vivido once años aquí y ahora debo dejarlo todo. Al menos a mis "amigos" si aun les puedo decir así ya están enterados, lastima que su reacción no es la que me esperaba...}

El joven se limitaba a mirar la sala de estar (que estaba llena de cajas y maletas) con algo de tristeza. Había estado allí por mucho tiempo, jugando en aquella sala, recibiendo buenas noticias, entre otras cosas que ahora solo serian recuerdos cálidos en su memoria.

-Oh! cariño cuando llegaste? No te escuche entrar.
Aquella voz sacó de su cabeza y pensamiento al chico el cual volteo hacia donde provenía la dulce y tranquila voz, ni más ni menos que su madre. Una mujer de aspecto cuidado pero sin exagerar, de cabello rubio tirando a un marrón muy clarito, de expresión dulce y algo cansada por su trabajo, de vestimenta cómoda por haber estado empacando las cosas y guardándolas en las cajas antes mencionadas. aquella mujer miraba a su primer retoño con calidez, hasta que noto algo extraño en la mejilla de su menor lo cual le llamo la atención y la hizo preocuparse acercándose.

-Hola ma, perdón por no avisar...
Saludo el adolescente.

-Que te paso en la cara? tienes la mejilla roja.
Hablo con preocupación revisando a su hijo, el cual parecía desanimado.

-Oh... eso? no fue nada creo que me rasque y quedo así... Empacaste todo muy rápido.
Evadió la pregunta de su madre y le sonrió para tranquilizarla.

-Mmmm si algo así... Esta bien, que tal si subes y empiezas a empacar tus cosas cielo.
Ofreció la mujer sonriéndole a su hijo, en realidad no estaba muy convencida con la mentira de su hijo pero no quería insistir, el tema de la mudanza no fue muy bien recibido por su hijo mayor el cual no se había tomado muy bien la noticia, en parte comprendía que su hijo tenia toda su vida en California y ahora se estaban mudando.

-Claro, ahora subo y junto mis cosas.
Dijo calmado para abrazar a su madre y se alejo para ir a las escaleras.

-Y... Mi niño?
Llamo la mujer.

-Si ma?
volteo viendo a su madre ya habiendo subido el primer escalón.

-Te quiero mucho mi pequeño.
Dijo la adulta con una sonrisa cálida.

-...Yo también mamá.
Le sonrío de regreso a su madre para luego retomar camino subiendo las escaleras rumbo a su habitación, pasando por el pasillo el cual ya no tenia marcos de fotos familiares o de infancia (de los dos únicos hijos de la familia). Finalmente llego a su puerta la cual tenia de esos típicos carteles de "no pasar".

The fifth mask (Michael Afton X Tn?) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora