La noticia se esparció rápidamente en todo Constantinopla, llegando a cabo tres días de celebración.
Esos mismos días tiraban entre 500-700 monedas para las criadas, eunucos y kalfas.
En cambio a los demás, había una mujer llena de celos y rabia que tiraba todos su paso con enojo.
— ¿lo viste?, ¡yo también puedo darle un hijo!- gritó la desesperada pelirroja, — cálmate Hurrem, pronto le darás uno, debes enfocarte en quitarle los jueves a la sultana- Hurrem aun ardiendo en llamas asintió mientras seguía arreglándose por su cuenta.
Ya habían pasado días que el sultán no le llamaba y eso quebraba su corazón.
— Hatun, la valide quiere verte- entro Firial a sus aposentos, — en un momento iré, María, quédate aquí— esta asintió y se marcho en compañía de Firial.
— ¿es algo malo?- preguntó, pero no obtuvo una respuesta.
No tardaron mucho para llegar y quedar en presencia de la hermosa y elegante mujer de nombre Ayse, la cual miraba a la pelirroja con desprecio.
— Sultana madre, ¿me ha llamado?-pregunto, — así es, te casarás con Yusüf, hijo de Kiral 𝐏ašha, vivirás con el- le sonrió amarga y Hurrem arrugo la cara, — ¡sultana, soy una favorita!- hablo en un tono elevado, — pero no estás embarazada, mientras no tengas a mi nieto en ese vientre, no hay un hecho de que puedas quedarte-
— ¡pero, si estoy embarazada!- fue lo ultimo que dijo antes de que la valide se levantase con rabia, — ¡bien!, ¡comprobémoslo!, ¡Daye!- gritó y la leal a esta apareció, — lleva a la hatun a probar si está embarazada- se volteó sentándose de nuevo, — como ordene- respondió llevándose con velocidad a la mujer.
— Gülsah, por favor tráeme un Meze, tengo muchas ganas de uno- sonrio radiante y esta asintio marchándose.
La castaña ya anhelaba tener a su tercer hijo en sus brazos.
Mientras empezaba a tejer, Kösem entró con una sonrisa y en sus pequeñas manos, tenía una rosa y un jazmín.
— querida, ¿que es eso, hija?- preguntó la mayor dejando lo que hacía para darle su total atención, — la rosa roja es para ti , a ti te encantan las rosas rojas, y a papá le gustan los jazmines como a mi- respondio dándole la pequeña rosa con una sonrisa, — Me encanta, gracias amor mío- respondio cálida y Gulsah entro con una charola, esta tenía varios platos con la misma comida, un meze.
— gracias Gülsah, puedes retirarte-le hablo cálida la castaña, — de nada mi sultana- hablo mientras hizo una reverencia y se marchó.
Kösem le metió mano a la comida de su madre, empezando a comer de esta en un plato pequeño, Mahidevran tomó un tenedor de oro, empezando a darle en la boca con una sonrisa.
— mi hermosa sultana Kösem- respondio la mujer dejando el tenedor mientras la niña tomaba del vaso de agua.
— tu destino será la grandeza mi niña, no la desgracia, estaré para guiarte a ti, a Mustafa y a tu hermanita o hermanito- respondio
— nunca nos dejarás- hablo más niña y la mujer asintió con seguridad.
— querida, eres una sultana, no una esclava como yo- le miró, — nadie puede darte órdenes a excepción del sultán, porque es el sultán y el manda- la niña castaña asintió y esta sonrio, — antes de ser tu padre, es tu sultán, y todos los respetaremos- volvió a asentir la pequeña castaña.
Mahidevran esperaba que esto quedara grabado en la memoria de su pequeña hija postiza.
— Gülsah, iré a darme un baño, prepara una cámara privada, quiero relajarme- hablo la castaña y esta asintio.
— Lalezar, ¿mis hijos ya han ido a sus clases?- preguntó sin mirarla, — así es mi sultana, están en sus clases de literatura- le respondió sin mirarla, — bien, puedes retirarte- ató su bata para esperar su baño.
— ¡sultana!, ¡una desgracia!- se acercó otra de sus criadas, Nazenin, — ¿que, qué pasa?- preguntó preocupada, — Hurrem hatun está embarazada- el aire empezó a faltarle a Mahidevran.
Se sentó de nuevo en su cama, empezando a sentirse miserable, su corazón se hacía añicos lentamente.
— Sal de aquí, esperare mi baño- hablo temblorosa y Nazenin obedeció marchándose con una reverencia.
Ahora, que el sultán partiría a campaña, está tendría que aguantar a la pelirroja.
Pero..era extraño ese sentimiento, solo ella sabía que estaba con su sultán por interés, ahora se sentía mal.
— sultana, su baño ha sido preparado- entró Gulsah y Mahidevran asintió caminando hacia la puerta de sus aposentos.
Pero esta empezaba a tener un mal presentimiento....