Bölum 5

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Una castaña de ojos azules caminaba por los pasillos a el harem, mientras detrás la seguían aghas que cargaban baúles grandes.

Algunos tenían joyas, otros diademas y unos cuantos tenían en la parte superior oro.

La castaña de nombre, "Mahidevran" , sabía que tenía que ganarse primero a el harem, y después se ganaría a el pueblo, pero sobre todo. Necesitaba ganarse a los jenizaros.

Sus esfuerzos no serían en vano, todos verían como su poder ejercería, sin duda alguna.

Llegó a el harem, y alzó la mano cuando Sümbulag la iba a anunciar.

Se acercó a pasos dudosos, captando que estaba Kösem platicando con las concubinas mientras estas la veían con ternura, después de todo. Era una niña que no pasaba de los seis años.

Sonrió y bajo la mano, mientras Sümbul se posicionó para hablar.

— ¡Atención!, ¡la sultana Mahidevran!— todas se levantaron e hicieron cortas reverencias. Mientras de reojo algunas observaban los cofres ansiosas.

Las entiendo, yo también fui concubina y se lo que se siente ver regalos sencillos para una sultana, pero lujosos para una odalisca.

— Muchachas — musité, — he decidido darles algunos obsequios para todas— me moví un poco para que observaran los cofres, fue ahí cuando todas sonrieron y se acercaron a estos.

No lo impedí, ¿por qué tendría que hacerlo?,
las dejaría disfrutar que lo que nunca reciben,
ahora que tengo más poder debido a que Suleyman es el sultán. Todo y todos me respetan y no desobedecen mis órdenes.

Miré a Kösem quien tenía una sonrisa de labios cerrados, mientras observaba como todas tomaban los vestidos o joyas. Quiza oro también.

Sujeto una pequeña risa y me acercó a ella,
alza los brazos en significado de que desea ser cargada, por lo que la recibí gustosa.

La tome y la tuve entre mis brazos, mientras camine hasta la puerta y hablé.

— Que lo disfruten — añadi y todas hicieron otra reverencia, — gracias mi sultana — asenti y me di la vuelta mientras seguía caminando con Kösem.


— Que lo disfruten — añadi y todas hicieron otra reverencia, — gracias mi sultana — asenti y me di la vuelta mientras seguía caminando con Kösem

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Suleyman estaba algo pensativo y aturdido.

Habían dos mujeres que lo dominaban por completo, no podía decidir.

Hurrem, quien atrapó su corazón.

Y mahidevran, quien atrapó su alma y con la cual tenía dos hijos.

Sonrió a el pensar en su pequeña hija Kösem, la luz de sus ojos azules.

La niña había heredado la belleza de su madre,
su bondad y su alegria. Pero sin saberlo, ella tenía un lado sanguinario.

𝐇ᴀˢᵉᵏⁱ 𝐒ᵘˡᵗˣⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora