Introducción

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¿Por qué sigues aquí?

Para él, entrar a la más prestigiosa academia de héroes, en todo Japón, era un sueño hecho realidad. Definitivamente ese sería el mayor paso de su vida para estar más cerca de convertirse en el héroe número uno por encima de todos, incluso por arriba de All Might. Estaba seguro que los exámenes; teórico y práctico, no eran nada para él, daba por sentado que ingresaría sin hacer mucho esfuerzo y eso, sumado a que sería la única persona en toda la escuela en ingresar al departamento de heroísmo, hacían que su orgullo y su mal acostumbrado afán de ver a todos desde arriba se eleve a una escala mayor.

Aquel chico de apenas 15 años, con un genio bastante malo y un vocabulario algo inapropiado, tenía cierto problema con el resto de seres que habitaban a su alrededor. Desde que tiene memoria siempre fue el mejor en todo sin esforzarse, todos a su alrededor podían ver lo impresionante y hábil que era Katsuki Bakugo. Un niño que fue bendecido con un don bastante fuerte y llamativo el cual a todos impresionaba. Todos querían estar cerca de él y jactarse de lo increíble y genial que era Bakugo.

Por supuesto que Katsuki no era para nada tonto y sabía de antemano que no podía simplemente llamar a esos sus "amigos" pero le encantaban las adulaciones y los cumplidos hacia él, halagos que resultaban sus virtudes desde que tenía 4 años y su don se había manifestado, así que decidió que el resto podía seguirlo, podrían permanecer muy por detrás y convertirse en el líder de cada grupo al que fue incluido.

Creció sabiendo solo una cosa; nadie nunca podría estar por encima de él, solo tenía que seguir perfeccionando sus habilidades y seguiría estando por arriba de cualquiera.

Le importaba una mierda lo que pensara el resto, se prometió siempre demostrar ser el mejor y eso era lo que estaba apunto de hacer, hasta que supo que el bastardo de Deku fue aceptado junto con él en la misma academia.

Se preguntaba cómo demonios logró aprobar si el inútil no tenía un don propio, empezaba a sospechar que era un error o producto de una enorme confusión, ya que no era posible que de la nada ese chico hubiese despertado un quirk, o tal vez si lo tenía y le vio la cara de idiota todo este tiempo, pero simplemente no era posible. Trato de convencerse toda la mañana rumbo a la academia que solo fue una horrible paranoia de no poder sacarse de encima a su queridísimo amigo, porque esta era su oportunidad de al fin poder respirar de su asquerosa existencia y alejarlo de su vida por completo.

Al llegar a su aula pudo ver que no estaba tan llena y que los pocos alumnos presentes hablaban entre ellos sin percatarse de su reciente llegada, empezaba a parecerle detestable la bulla que hacían.

Se sentó en un pupitre de la segunda fila y esperó tranquilamente a que el horario escolar diera inicio. Suspiró calmado, pensando en lo obviamente ridículo de pensar que el nerd de Deku hubiera sido aceptado en UA.

— ¡Vaya! ¡eres el chico que me salvó en el examen! — escuchó que prácticamente gritaban al otro lado del salón, que puto ruido hacían sus compañeros de clase — ¿Cuál era tu nombre? Ese día no pude preguntar, lo siento —

— Me llamo Midoriya Izuku, mucho gusto — casi cae de su silla al escuchar aquella corta conversación, esa voz la escuchó todo su puta vida y claro que ese nombre era el mismo. Volteó al instante y vio estupefacto a esa maldita escoria en el umbral de la puerta con unos dos idiotas a su lado, charlando escandalosamente de lo más casual como si no hubiera problema o algún tipo de anomalía en lo que estaba ocurriendo.

El maldito bastardo estaba ahí, pero claro que eso no era posible, no podía y si no era así, la pregunta era ¿cómo? Acaso no ven que es un idiota sin quirk, algún truco barato estaba detrás de todo ya que no había ningún tipo de explicación lógica.

¿Por qué otro? [Bakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora