Capítulo 4

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Capítulo 4: ¿Te irás con alguien más?

Salir tarde de clases había traído consecuencias totalmente imprevistas y de muy mal gusto. No esperaba encontrarlo camino a la residencia, de hecho, tampoco es como si quisiera verlo más de lo habitual.

No supo muy bien que hacer ni cómo reaccionar y tampoco se planteó un encuentro casual entre ellos, puesto que no los tenían. Hace menos de una semana tomó una decisión por la que no daría su brazo a torcer, pero sí que le estaba costando.

El solo escuchar su voz hablarle hizo a su cuerpo reaccionar lo suficiente para congelarse de inmediato, los bellos de su cuerpo se erizaron y juraba sentir como su presión bajaba, por suerte su consciencia tomó el mando rápidamente y retuvo sus instintos, reprimiendo sus malas costumbres de intentar acercarse a él.

Bakugo parecía estar ahí con la intención de molestarlo de nuevo, al menos eso pensaba el más bajo, y maldecía interiormente que el chico rubio atrás de él estuviera dificultando las cosas.

Estaba a nada de llamarlo Kacchan y a ceder a sus viejos hábitos olvidando que solo sería una provocación más, porque claro que lo era. Hablar con él solo significaba un desafío a sus habilidades en busca de hacerlo menos como de costumbre.

Sin embargo, algo resultaba bastante extraño, Kacchan parecía algo abrumado al hablar, tal vez tenía prisa o simplemente le molesta mucho verlo como siempre se lo repetía.

Aunque esa mirada fija con el entrecejo levemente fruncido lo hizo dudar, notó su manía de inclinarse hacia adelante cuando está impaciente y los bultos en sus bolsillos evidenciando el jugueteo intranquilo de sus manos, no lo veía así desde que eran niños, cuando Kacchan tenía que explicarle a su mamá como es que los adornos de la casa no aparecían por ningún lado.

"¿Y si tenía algo importante que decirme?"

No, para nada. Además, si algo le pasaba no era de su incumbencia, para eso tenía a su grupito de amigos y tampoco es como si en alguna ocasión el rubio fuera precisamente a él para contarle algo íntimo.

Solo buscaba molestarlo de nuevo y ya se había jurado no aguantarlo nunca más.

Pero tal vez fue un poco rudo con él al responderle tan brusco.

"¿Se habrá sentido mal?"

No, Kacchan no se sentiría mal por algo así, es más probable que esté molesto por dejarlo colgado y el manotazo que recibió a que estuviera resentido. Seguramente iba a matarlo en cuanto lo viera, tal vez fue muy descortés, pero no podía permitir que volviera a quemar alguna prenda suya.

Es un demente psicópata si cree que todo lo puede solucionar a puro gritos y golpes.

"Pero, ¿y si realmente Kacchan se sintió ofendido por lo que hice?"

No, estaba seguro que él jamás tuvo consideración alguna con todos sus abusos, así que no tenía por qué tenerlas con el rubio, por mucho que le pesara, esta vez no iría a disculparse de inmediato.

Al llegar a su habitación tiró su mochila y dejo el saco del uniforme sobre la cama, desenredo la corbata y se sentó cansado en la silla giratoria del escritorio. Con un suspiro algo prolongado disipó de su mente cualquier pensamiento que pudiera distraerlo de la sesión de estudios que programaba todas las tardes después de clases, tiempo donde se ocupaba de sus tareas y exámenes, y calibrar con escrúpulo cada una de sus técnicas ya aprendidas tratando de incorporar otras.

Izuku era un estudiante modelo, un chico muy listo y aplicado, de los mejores en su clase de hecho. Muy ordenado y estricto con todos sus horarios, parecía tener planificado hasta la más mínima cosa e incluso los contratiempos tenían un espacio asignado, pero claro que todo este sistema de planificación tenía sus fallas, fallas que podrían describirse con todas las veces donde los inquietantes tics del pecoso manifestaban su ansiedad y situaciones adversas no lo dejaban tranquilo.

¿Por qué otro? [Bakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora