A la mitad de su segunda cita con el doctor Aizawa, éste le preguntó algo a Izuku que lo tomó por sorpresa.
-¿No has pensado en mudarte?
-No, claro que no. ¿Por qué lo haría?
Izuku nunca lo había pensado. Su familia había llegado a América hace muchos años, Izuki nació ahí en New York, era todo lo que él conocía. Ahí nació Sora, ahí vivían todos sus amigos.
-Bueno, su hijo ahora vivirá en California, si se mudara allá podría verlo más seguido. Sólo me preguntaba si lo habías pensado. Me han dicho que San Francisco es realmente hermoso.
Izuku se limitó a quedarse callado. Nunca contempló mudarse a otra parte. Esa misma noche se lo contó a Uraraka.
-¿Y lo estás considerando?
-No lo sé. Fue Aizawa quien lo sugirió.
-Yo digo que es buena idea.
-Uraraka eso no cambiará nada, no cambiará cómo me siento.- Para ese momento ya el divorcio estaba casi completo, ya había firmado casi todo lo que su abogado le llevaba y Shoto todavía tenía cosas que llevarse de la casa.
-Izuku, tú eres un hombre maravilloso, tienes que seguir, y aunque te extrañe con toda mi alma, te haría muy bien.
-Pero, ¿Y Sora? No quiero que piense que lo voy a seguir como un padre neurótico y sobreprotector.
-Quizá le guste la idea, podría visitarte con sus amigos. Le gustará tenerte cerca, en especial si lleva ropa sucia para que le ayudes a lavar.
Eso hizo reír a Izuku. Por un momento sintió que habían pasado siglos desde la última vez que rió por algo.
-Piénsalo Izu. Será un nuevo comienzo, nuevos amigos. Y Aizawa tiene razón, San Francisco es muy bonito, no tienes que quedarte ahí para siempre, puedes empezar con un par de años.
Uraraka y Aizawa plantaron la semilla, ya solo quedaba en Izuku hacer germinar la idea. Ambos querían al Omega, querían que abriera las puertas a una nueva etapa, una vida más feliz.
Durante las siguientes sesiones Aizawa le preguntó varias cosas a Izuku: Sobre su infancia, sus primeros años de matrimonio con Shoto, la infancia de Sora, sobre el deseo frustrado de Izuku por tener más cachorros. Izuku siempre deseó una familia grande, pero Shoto siempre se lo negó.
Izuku poco a poco se animó, volvía a arreglarse, a usar un poco de maquillaje. Por las mañanas antes de desayunar salía a caminar un rato por el vecindario, algo de ejercicio ayudaba a su ánimo, pero todavía no quería reunirse con sus amigos, seguía empeñado a recluirse. Fue un verano solitario.
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Por fin el divorcio concluyó ese verano. Shoto mandó a uno de sus hermanos por las cosas restantes y oficialmente no quedaba ya nada de él en la casa. Tal como prometió dejó una cuenta de banco a su nombre (como una forma absurda de aliviar su conciencia). Con ella, Izuku podía subsistir un buen tiempo sin preocupaciones.
Izuku trataba de seguir una rutina estable todos los días, aunque su ánimo estaba mejor, había días muy malos. Días en los que no quería levantarse de la cama, pedía comida a domicilio y se quedaba en su habitación solo. La tristeza en su corazón no se desvanecía, esa depresión nunca se iría, tendría que vivir con ello. Las únicas personas que lo visitaron ese verano fueron Uraraka y Tsuyu; a veces iban e improvisaban almuerzos en el jardín o veían películas toda la tarde. Izuku no volvió a organizar otra cena para sus amigos, no podía enfrentar a nadie todavía.
Así fue el verano de Izuku, los meses pasaron hasta llegar Agosto. Para entonces ya tenía mejor aspecto. Entre otras actividades, el Omega optó por cuidar su jardín y expandirlo un poco, las horas que pasó expuesto al sol bronceó un poco su piel, acentuando sus hermosas pecas, seguía siendo un Omega hermoso, aún tenía que recuperar unos cuantos kilos.
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Omega divorciado
FanfictionIzuku Midoriya es un Omega de 40 años de edad que podría describir su vida con una sola palabra: Perfecta. Tenía un apuesto alfa con el cual se había casado muy joven y tuvieron un hijo. Sin embargo, éste estaba a punto de irse a la universidad en...