Capítulo 27

12.8K 855 24
                                    


Nolan no sabía que esta mujer podría parecer tan serena dormida.

Echó un vistazo a las marcas de mordedura en sus dedos. Probablemente fue porque estaba drogada y tuvo que recurrir a tales métodos solo para mantenerse despierta ¿Cómo es que alguien tan capaz como ella terminó siendo presa de alguien?

Si no se hubiera encontrado con ella esta noche, o peor aún, si ella no se hubiera escapado, entonces habría...

Las cejas de Maisie se arrugaron de repente, y sus pestañas temblaron. Parecía que estaba teniendo una pesadilla.

"¡No!" Al oírla gritar, Nolan se inclinó más cerca de ella. "¿Maisie?"

En su sueño, Maisie volvió a ver al hombre destrozándola esa fatídica noche de hace seis años, pero esta vez el hombre no tenía rostro...

Maisie abrió los ojos. Estaba asustada por la cara magnificada ante sus ojos, así que levantó la mano instintivamente. "¡Ahhh!"

"Sr. Goldmann, está todo bien..." Al escuchar la conmoción en el interior, Quincy entró por la puerta. En el momento en que entró, vio una marca roja en la mejilla de Nolan. Rápidamente se giró para irse, cerrando la puerta firmemente detrás de él.

El Sr. Goldmann había recibido una bofetada en la cara. ¡De ninguna manera Quincy le diría eso a alguien! ¡Así que no vio nada!

Maisie finalmente volvió sus sentidos. Al ver las nubes de tormenta que rodean a Nolan, soltó torpemente: "Jaja... ¿Por qué te acercaste tanto de repente? Por un segundo allí,pensé que eras un fantasma"

Nolan pasó los dedos por su hinchada mejilla. "¿Esta es la amabilidad con la se me trata por tráete al hospital?"

Bueno, eso no fue totalmente intencional, dijo Maisie en su defensa. Ella levantó la cara hacia adelante. "¿Qué tal si tú me das una cachetada ahora a mi y así estamos iguales?"

Nolan prefirió ni contestarle. Lo mejor de ella es cuando está dormida.

"¿Qué estabas haciendo en un bar de karaoke?" Preguntó Nolan

Maisie sonrió amablemente. "¿Cuál es el punto de contarte?, no estarás contento con mi respuesta."

Ella se dio la vuelta y se acostó. Se despidió de él con la mano y le dijo. "Me quedaré aquí a descansar un rato más. Usted.. señor amble, se puede ir ya."

Nolan sinceramente quería estrangular a esa mujer mala agradecida.

Él la trajo al hospital, sin embargo, ahora que ella estaba bien, ¿lo echó de inmediato?

Nolan salió de la habitación. Quincy, que estaba esperando pacientemente fuera de la puerta, continuó fingiendo no ver la marca roja e hinchada en su cara. "¿Señor Goldmann ya nos vamos?"

"Tú quédate, y llévala a su casa cuando ella despierte"

Quincy estaba demasiado sorprendido para pronunciar una palabra.

Agarrando su cintura la despeinada Willow tropezó en la entrada del bar karaoke, furiosa mientras maldecía y apretaba sus dientes. " Maisie, tu hija de puta, si no hubiese sido por ti ..."

Si Maisie no hubiera escapado, ella no hubiera caído en las tientas manos de Sergio Baldwin.

No iba a dejar que Maisie se saliera con la suya.

Cuando Maisie finalmente despertó otra vez. Eran las diez de la noche. Llevando su teléfono móvil en una mano, salió de la habitación. Para su sorpresa, Quincy estaba sentada en posición vertical en el banco del pasillo. «¿Qué hace todavía aquí?»

"¿No es ese el asistente personal de Nolan?" Maisie se preguntó.

Quincy se levantó lentamente y dijo a regañadientes: "Sr. Goldmann quería que la llevara a casa".

¡Lo sé! ¡Eso es tan dulce de su parte! ¡Estoy tan emocionado que podría llorar! Era lo que él imaginaba que sería su respuesta. Después de todo, el Sr. Goldmann casi nunca se preocupaba por las mujeres que conoció.

"Oh, ya veo. Bueno, vamos entonces".

Maisie agitó la mano, señalándole que viniera. No hay señales de gratitud abrumadora. En cambio, actuó como si todo esto fuera bien merecido y trató a Quincy como si fuera un viaje gratuito en Uber. Quincy dio un suspiro.

Solo otro día normal en su lamentable vida.

Quincy llevó a Maisie a la dirección que le había dado. Después de que Maisie se bajó, rebuscó en su bolso y colocó 2 dólares en el asiento del pasajero. "Por el viaje. Conduce con cuidado".

Quincy recogió los billetes de dólar arrugados, así, deformados habían pequeños desgarros de los pliegues. Su corazón gritó de frustración. ¡Apenas es suficiente para el gas! ¡Y este es un coche de lujo! No, espera... ¿Qué me importa? ¡No soy conductor de Uber!

"Espera un momento, este barrio en el que vive..." Quincy estaba confundido. ¿La señorita Maisie Vanderbilt también vive en Seaview Villa? ¿Cuáles son las probabilidades?'

Los tres pequeños ángeles guardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora