Lovers Rock - Quackbur

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Tras aquella noche de extrañas situaciones salió del bar.

Había bebido bastantes copas pero tampoco se encontraba realmente mal. 

Se puso su gorro y su chaqueta de nuevo.

Cuando salió del bar encendió un cigarrillo y lo encendió con su nuevo mechero Zippo, el encendedor que Wilbur le había regalado anteriormente.

Lo miraba con intriga y con detalle, quería recordar cada fragmento de ese hermoso regalo. Tan hermoso como el hombre que se lo dió.

Quackity se preguntaba de dónde lo sacó y por qué se lo regaló ¿Tanto valía Quackity como para recibir un regalo? Se sentía triste. 

Empezó a mirar cada parte del mechero y pudo contemplar que en la parte baja de este había algo escrito en letras cursivas y elegantes. Acercó más el mechero a su rostro para poder leer mejor el escrito.

"𝐋𝐨𝐬 𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨𝐬"

¿Los enamorados? Quakcity levantó sus cejas al leer aquello. Fumó de su cigarro Marlboro Red inhalando la nicotina y sacó el humo por la boca.

Extrajo su teléfono de su bolsillo y lo encendió con intención de buscar el significado de aquel escrito pero su corazón se aceleró al ver que Wilbur le había escrito en varias ocasiones.

Wilbur: Big Q.

Wilbur: BIG Q

Wilbur: BIG Q RESPONDE AHORA MISMO

Wilbur: Tenemos que hablar de algo serio.

Wilbur: Por lo de antes... BIG Q RESPONDE

Wilbur: ALEX QUACKITY

Wilbur: UYCiuygoih897t08yg8if78gp98gbvogu

Wilbur: uyvgycv ulbik

Y muchos mensajes más de ese estilo, sin sentido ni razón alguna. Simplemente queriendo llenar su barra de mensajes para intentar tener alguna respuesta suya.

Wilbur: Quackity quiero explicarte algunas cosas

Wilbur: QUACKITY >:(

Wilbur: >:(

Wilbur: :/

Wilbur: :(

Wilbur: Te esperaré en el callejón del bar. Detrás de los contenedores de basura allí estaré.

Aquel fue el último mensaje de Wilbur.

En el callejón del bar, uno que era sin salida, si andabas más hacía el fondo de esta callejuela habían unos contenedores que pusieron hace poco.

Quackity se sentía culpable por haber estado bebiendo alcohol en vez de haber respondido los mensajes de Wilbur. Habían pasado varias horas de que Wilbur le hubiera escrito.

Tragó saliva y miró la pantalla con disgusto.

Quackity creía que era imposible que Wilbur estuviese allí esperándolo pero por alguna razón decidió seguir sus impulsos. No tenía nada que perder.

Con el cigarrillo en su boca caminó hacía donde Wil le escribió.

Su cabeza estaba en blanco.

Entre la pared y los contenedores había un hueco vacío y pequeño.

Quackity se colocó en frente de este.

Se quedó inmóvil. Sus ojos se abrieron y sus latidos se aceleraron.