Se han olvidado de lo que hemos construido juntos

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Hoy era el último día del cierre definitivo de Yggdrasil.

Todos los buenos momentos y malos momentos que obtuvo a lo largo de estar jugando junto a sus compañeros se acabarán en 30 minutos.

Momonga esperaba a sus amigos muy feliz sentado en la sala de reuniones en el noveno piso de la gran tumba de Nazarick.

Sus ánimos comenzaban a bajar, era normal, había estado esperandolos más de dos horas y ninguno fue capaz de conectarse ni siquiera en el último momento del juego.

Aún así sus esperanzas eran muy altas.

Solo podía mirar la gran mesa redonda y los demás 40 asientos disponibles para cada miembro del gremio.

Momonga: compre demasiados fuegos artificiales para esta ocasión, pero...

Nadie se había presentado, ya solo quedaban 10 minutos para el cierre y ninguna alma se digno a aparecer aparte de momonga.

Estaba triste, ¿Cómo era posible que ni siquiera en el último maldito momento no pudieron conectarse?

Momonga: ¡Son unos malditos traidores!

Golpeó la mesa con fuerza, fue su única manera de expresar su rotundo enojo.

Solo se pudo ver en el marcador que había hecho 0 de daño al momento de hacer esa acción.

Momonga: está es la gran tumba de Nazarick en la cuál todos nos esforzamos tanto en conquistar ¿Cómo pueden olvidarse de ella tan fácilmente?

Lo decía ya con dolor, no pudo ni despedirse de ninguno.

No, ya no importaba, no podía hacer nada al respecto, jamás los conoció en persona y dudaba que algún día los llegará a conocer.

Se levantó de su asiento y empezó a dirigirse hacia la salida a ver solo el cierre del juego con los fuegos artificiales que había comprado.

Pero la figura de una hermosa y aterradora arma se le cruzó en su vista.

La miro por unos cuantos segundos y ya decidido la tomo.

Era el arma del gremio Ainz Ooal Gown, el arma más poderosa del gremio y había sido construida especialmente para el, a pesar de ello momonga jamás la utilizo por obvias razones que ya todos conocemos.

La miro y admiro el símbolo de todo el gremio, el ya era el único integrante del gremio, no habría nadie que lo haga retractarse ahora mismo.

Con arma de gremio en mano se teletransporto a las afueras de la gran tumba de Nazarick y contempló el lugubre pantano que los rodeaba.

Quedaban solo 7 minutos para el cierre total del juego.

No había tiempo que perder, saco loas rápido que pudo los fuegos artificiales de su inventario y los fue acomodando uno por uno.

Se tomó 5 minutos en poner unos 100 de ellos, había muchos más pero le resultaría Imposible ponerlos antes de que sucediera el cierre de los servidores.

Momonga: con esto debe ser suficiente.

Estuvo satisfecho con su desempeño al poner los fuegos artificiales, utilizo el hechizo [Vuelo] y ascendió hacia arriba unos cuantos metros para tener una mejor visibilidad al momento de que los fuegos artificiales fueran lanzados.

Ya solo quedaba un minuto.

Momonga esperaría hasta el momento que quedarán 10 segundos para poder ver la explosión de estos como lo último que recordara del juego.

Momonga: no importa si soy el único que esté aquí para verlo, fueron buenos momentos.

Desde su consola busco el botón que servía para activar los fuegos artificiales y lo presiono.

OVERLORD - El Hechicero AlbinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora