Confesión

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Andamos finos para la ocasión 💀🍷

El flujo del tiempo se detuvo, las aves que volaban se quedaron estáticas, los humanos que veían está brutal escena se congelaron.

Este suceso aparentemente inexplicable se debió a un hechizo de alto nivel llamado [Time Stop] pero lo recitó en silencio ya que es un hechizo que se podía lanzar de manera silenciosa.

Suzuki: Maldición. [Delay Magic] [Olvidó total]

El hechizo [Olvidó total] permite al jugador controlar la mente en un radio de 100 metros, podía jugar con una o con varias mentes de los que estén en el radio de efecto, sin embargo es un hechizo que requiere demasiado mana y también hay otra desventaja que es: si un usuario que este en el radio de efecto del hechizo tiene resistencia media contra el control mental, no le hará efecto, también hay otra desventaja, no se puede usar un modificador para aumentar el poder y el efectos del hechizo, y tampoco aumentar el área de efecto. Es un hechizo que prácticamente en el juego no servía demasiado, solo con los novatos. Pero en este mundo era un poco más rentable. Claro que perdería mucho mana, pero valía la pena. La única que resistió este hechizo fue Antilene

Suzuki: después de todo si eres algo fuerte, o al menos tienes resistencia al control mental.

Hizo que todos los que estaban viendo se olvidarán de todo lo que había pasado con un límite de 10 minutos.

Suzuki saco otra máscara de su inventario, se la puso y agarro a la odiosa heterocromática junto con su guadaña y se la llevó a un callejón.

El tiempo nuevamente empezó a fluir de manera normal.

Todos los que habían presenciado una batalla, no sabían que hacían aquí. Ni siquiera sabían porque estaban asustados.

Estaban confundidos, algunos llorando de rodillas mientras que otros estaban temblando. Vieron signos de al parecer una batalla, pero no había nadie, solo un piso destrozado y media entrada del gremio de aventureros destrozada.

Suzuki: [Puerta]

Lanzo el cuerpo de Antilene al portal y después entro junto con ella.

El punto fijado era su habitación en la posada en la cual Suzuki se había hospedado.

El portal se cerró.

Hubo un pequeño momento en el que miro a la moribunda tirada bajo sus pies, le escupió y se fue a sentar en el sillón que estaba en frente.

Suzuki aún tenía la guadaña en sus manos, la había valorado y por supuesto que era de clase divina, un arma muy poderosa, se la quedaría para el, es como una compensación por parte de ella por haberlo atacado de manera brutal sin previo aviso, aunque Antilene no se la había dado, el se la apropiaria.

OVERLORD - El Hechicero AlbinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora