Orgullo del tiempo

capitulo 5

Hermione caminó hasta The Three Broomsticks en Hogsmeade al día siguiente para ver a Madame Rosmerta y pedir un trabajo de medio tiempo. La camarera estaba bastante sorprendida, pero sin embargo, le dio el trabajo.

"Me temo que te aburrirás bastante aquí", dijo, sirviendo un vaso de whisky de malta y colocándolo en una bandeja con otras bebidas. "Pero si haces el trabajo y llegas a tiempo, estás listo".

Hermione pidió trabajar durante la noche los martes, jueves y viernes; era el horario que había establecido con el profesor Dumbledore, y aunque él estaba más que feliz de que ella aceptara un trabajo de medio tiempo en Hogsmeade, se mantuvo firme. sobre el horario. Los miembros de la Orden con los que estaría trabajando tenían poco tiempo disponible y su tiempo era valioso. Le entregó a Madam Rosmerta una carta del Director, explicando su situación como huérfana y con horas limitadas disponibles para trabajar, y la camarera amablemente accedió a su pedido de horas impares.

Rosmerta le hizo un recorrido por el mostrador y la trastienda, le mostró el menú y una lista de lo que había en cada pedido, y dónde se guardaban las llaves de las habitaciones privadas. Como Hermione se había ofrecido a trabajar en los turnos de la noche tres días a la semana, le mostraron dónde guardaba Rosmerta la llave y a qué hora se esperaba que echara a todos y cerrara la tienda.

"Tu trabajo es preparar y servir bebidas", le dijo Rosmerta, "pero si parece que alguien ha bebido demasiado, rehúsa y sugiere algo sin alcohol. Trato de mantener este lugar amigable y abierto a todos los clientes, y lo último que necesito es que alguien se meta en una pelea de bar borracho". Ella señaló la puerta. "Todos los habituales saben a qué hora irse. No deberían ser un problema. Si alguien te causa algún problema, siéntete libre de amenazarlo con hechizarlo. Esto rara vez sucede, pero si alguien comienza a crear problemas y no lo hará". No te vayas, puedes hechizarlos por la puerta.

Esto le sonó duro y razonable a Hermione, y asintió en señal de aceptación sin protestar.

"Eres libre de irte", le dijo Rosmerta con una sonrisa. "Empiezas mañana. Preséntate aquí a las 6:00 p. m. en punto".

Los miembros de la Orden eran un asunto completamente diferente.

Hermione había conocido a Alastor Moody antes, primero como un impostor, luego como él mismo en Grimmauld Place. El hombre se veía muy diferente de lo que ella recordaba. Todavía tenía los dos ojos y la nariz entera. Su rostro estaba arrugado y tenía un aspecto canoso. Pero aparte del hecho de que todavía no le cortaron partes de la cara en pedazos, se veía notablemente igual.

El segundo fue Kingsley Shacklebolt, a quien Hermione reconoció de Grimmauld Place. Todavía era calvo, con una sonrisa blanca y reluciente y un comportamiento amistoso pero serio. Él era el epítome de la estabilidad y la confiabilidad, en la mente de Hermione, y ella lo consideró un buen Jefe de Aplicación de la Ley Mágica cuando finalmente consiguió el trabajo.

El tercer y último miembro era el pequeño profesor Flitwick, que una vez había sido un gran duelista en su juventud, y Hermione estaba bastante segura de que, a pesar de su estatura diminuta, casi irrisoria, sería un oponente difícil, si no un maestro espectacular. Estaba ansiosa por sus lecciones con él; se llevaba muy bien con él como estudiante y profesor. Más de una vez, él le había sugerido que debería haber sido clasificada en Ravenclaw.

Cuando el profesor Dumbledore apartó un pensadero para ella, y después de demostrarle cómo usarlo, Hermione sacó los recuerdos que era más importante que ella ocultara. El Director le había dado un libro sobre Oclumancia para que lo leyera la última vez que salió de su oficina, y tenía una buena comprensión teórica del mismo, así como lo que sabía de Harry. El profesor Dumbledore comenzó su entrenamiento en Oclumancia en su oficina todas las mañanas, y Hermione lo tomó como pato en el agua; la organización y la disciplina eran algo natural para ella, y era simplemente una cuestión de tiempo y práctica para que ella captara la esencia. Pronto fue capaz de recopilar sus recuerdos y alejarlos sin problemas, escondiéndolos detrás de una pared de pensamientos irrelevantes y tontos que rápidamente aburrirían al observador y buscarían en otra parte.