Ese lunes tuve que ir a la escuela otra vez, deje al gato con Lila, confío en que lo podrá cuidar bien, pero me pone nerviosa que mi mamá lo descubra.
Cuando cruzaba el estacionamiento de la escuela para entrar, pude ver ese mismo auto, un auto negro con dos franjas rojas que lo cruzaban verticalmente, al acercarme pude comprobar que era el mismo, tenía unas pequeñas manchas de sangre seca en una de las ruedas.
Le saque una foto, a la llanta y al auto antes de entrar en la escuela.
Cómo todos los días, durante el receso, Isabella y su grupito llegaron a molestarme, pero está vez me acorralaron.
—oye gordis, te vimos en el estacionamiento sacándole fotos al auto de niki— comenzó a hablar Isabella.
—si osea, estás celosa del auto de nicolas o que— dijo una de sus amiguitas.
—¿ese auto le pertenece a Nicolás?— pregunté.
—es obvio que está celosa, alguien como ella no se podría permitir algo como eso— respondió Grace mirándome con aire de superioridad, ella sabía sobre mi situación económica.
—no estoy celosa de su auto, déjenme en paz de una puta vez— exclame con ira y comencé a dirigirme hacia el aula de clases, pero estás chicas no me dejaron pasar.
—oh ¿estás enojada por la bromita de ayer?— pregunto Isabella.
—¿que broma?— respondí.
—ayer cuando íbamos inaugurando el nuevo auto de Nicolás te vimos y quisimos saludarte— dijo Isabella soltando una risita burlona.
Cierto, ayer casi me atropellan, con todo el asunto del gato casi se me había olvidado.
—son unas tremendas hijas de perra si piensan que atropellar personas es divertido— dije, no suelo decir malas palabras, pero todo lo que está pasando me está agobiando, y cada vez siento más irá contra las personas hacen de mi vida un infierno
ya estaba a punto de estallar y darle un puñetazo a la cara de Isabella y borrarle la sonrisa de la cara cuando Grace me detuvo.
—mejor vámonos, está bola de grasa no merece nuestra atencion— le dijo Grace a su grupito y se largaron entre risas.
Ahora que sabía de quién era el auto podía ir a encarar a Nicolás, quiero que se haga justicia por el pobre animal.
Me lo encontré unas horas mas tarde en la cancha de basquetbol, el nunca hacía ejercicio solo se daba vueltas presumiendo, principalmente a las chicas.
—Nicolas— le llamé la atención.
El se giró hacia mi, me miro despectivamente y me ignoro.
—Nicolas, necesito hablar contigo—dije acercándome y tirándole de un hombro para que se de la vuelta —¿este auto es tuyo?— le pregunté mostrándole la foto que saque.
—¿a vienes a quejarte?— me respondió —si, mira, no te enojes...—.
—no vengo por eso —lo interrumpí—bueno enrealidad también por eso, pero más que nada porque ayer atropellaste a un pobre animal y lo dejaste tirado ahí a su suerte—.
—ay vamos, ¿estás enojada por una alimaña?—.
—no es solo una alimaña, es un pobre gatito al que le quebraste una pata y que casi se desangra por qué un inepto cómo tu no sabe respetar a los demás y anda por las calles a toda velocidad sin cuidado—.
—mira si el gato resultó herido es su culpa por atravesarse—.
—¡Su culpa!, ¡¿comprendes que es un animal y que el no sabe nada sobre estas cosas?!— grite exaltada, este tipo si que sabe cómo hacerme enojar —¡Tu por otro lado sabías lo que hacías, tuviste que bajar la velocidad, ahora por tu culpa un pobre gatito sufre las consecuencias!—.
—ay ya bájale dos rayitas, es solo un gato—.
—¡¡Tu bájale dos rayitas, hasta ese gato tiene más neuronas que tú!!— mientras gritaba comenze a sentirme mareada, y la vista se me nublo.
—ja realmente estás loca—exclamo Nicolás.
Quise responderle, pero no pude mantenerme en pie más tiempo, perdí el equilibrio y todo se oscureció.
¿Quien más quiere que le den su merecido a Nicolás?
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300 Dias
Romanceuna historia corta sobre una chica llamada Natalia que lucha contra una enfermedad mientras comienza a sentir cosas por el chico más odioso de su escuela.