Cuando abrí los ojos estaba en casa, mama lloraba y Lila estaba sentada junto a mi.
—¿que paso?— pregunté con un hilo de voz.
Mama y Lila al verme despierta me abrazaron, y me explicaron que me desmaye en la escuela y me tuvieron que traer a casa.
—estubimos súper preocupadas, mama salió del trabajo para ir a buscarte— dijo Lila.
—bueno bueno, pero ya estoy bien— les respondí para tranquilizarlas.
—ay mi vida, está bien, vas a estar bien te lo prometo— dijo mamá, quien aprecia más asustada que yo o que Lila.
—ey, ¿recuerdas que te paso cuando te desmayaste, te sientes mal?— me preguntó Lila.
—estoy bien, solo me duele un poco la cabeza— le dije para que se tranquilizara.
—esta bien mi amor, iré a prepararte un te— anuncio mama antes de irse a la cosina.
Enrealidad, ahora que lo pienso no recuerdo bien lo que ocurrió, estaba... Estaba... Discutiendo...
En ese momento recordé bien lo que ocurrió.
—Lila, sé quién fue el que atropello al gatito— le dije en voz baja a mi hermana.
Comencé a revisar mis bolsillos buscando mi teléfono para enseñarle la foto, pero no lo encontré, se sintió como si me callera un cubo de agua helada en la espalda al darme cuenta de que no estaba.
—¿y mi teléfono?— le pregunté, Lila me respondió encogiéndose de hombros.
Mierda, no me puedo permitir perder mi telefono, menos ahora, es demaciado caro y mama no podrá comprarme otro.
Le expliqué a mi hermana todo lo que pasó, desde que encontré el auto, que le saque fotos y que fui a encarar a Nicolás cuando me desmaye, ella estaba furiosa también, es una amante de los animales, pero ella misma admitió que de cualquier manera ya no hay nada que se pueda hacer.
...
Al siguiente día todo continuo normal, mi mamá insistió en que me quedara en casa, pero yo ya había faltado demaciado a clases y podía arriesgar perder mi beca.
Otro día más en sufrimiento, pensé al ver a Isabella acercarse, estoy harta de su cara, al verme, ella y sus chicas se acercaron para molestarme, hoy no estaba de humor, y no quería llegar a meterme en problemas con ella, así que la ignore, pero de verdad estaba insistente.
—ey subiste unos kilitos ¿no crees? Deberíamos amarrarte para que dejes de comer, cerda— se burló Isabella, luego de su comentario todas la que la acompañaban se largaron a reír.
—si pues yo pienso que a ti se te debería de amarrar el hocico para que te calles de una vez y nadie tenga que oír tu horrorosa voz nunca más, seria un deleite para mis oidos— le respondí sin pensar, realmente estaba enojada, en ese momento solo deseaba que ella y todos los presentes desaparecieran.
En ese momento alguien más llegó a meterse en la conversación, era Nicolás, quien traía algo en su mano que no alcance a divisar.
—no te enojes gordis, al fin y al cabo que es cierto, deberías deshacerte de toda esa grasa extra que llevas encima, resultaría favorable para nuestras vistas— comenzó a hablar —a y por cierto, tengo esto para ti— dijo tirando al piso mi telefono.
Lo recogí rápidamente, al prenderlo note que todo estaba bien con el.
—¿Dónde lo encontraste?— lo interrogue rápidamente.
—se te callo cuando te desmayaste ayer, de nada— dijo mientras se alejaba junto a las chicas.
Este chico es un asco de persona, no es normal que alguien como el le haga favores a la gente, mucho menos a mi, algo debe querer, pensé antes de de darme cuenta, en mi teléfono tenía las fotos del auto.Revise rápidamente mi galería en busca de las imágenes, pero no estaban, ni siquiera en la papelera, en su lugar había una imagen de un cuaderno en el que estaba escrito "no andes jodiendonos, perra gorda" y otras imágenes del mismo Nicolás y otro chico levantando el dedo de enmedio.
Que hijos de puta, como si esto me fuese a detener, me dije a mi misma.
En la tarde saliendo del colegio pase por el estacionamiento en busca del auto para poder anotar la matricula, pero al llegar me esperaba todo el grupito de Isabella y también Nicolás y sus amigos, de entre ellos solo logré distinguir a uno, el chico de la imagen.
—¿no te dejamos una advertencia muy clara?—pregunto Nicolás.
—"no andes jodiéndonos, perra"— recito Isabella antes de empujarme por detrás.
Caí hacia adelante quedando parada en cuatro patas y sentí como me tiraban algo frío en la cabeza, al revisar me di cuenta de que era helado, pronto sentí una patada en las costillas, propiciada por Isabella, está vez caí de costado pude oír las risas de los demás a mi alrededor.
—esto es solo una advertencia, no te andes metiendo en nuestros asuntos— dijo Isabella antes de subirse al auto, junto al chico de la foto y Nicolás, se marcharon entre risas, el resto también se marchó no sin antes tirarme basura.
Me tocó regresar a casa a pie cubierta de basura y helado derretido en el pelo, al llegar al llegar a mi casa ví a mi hermana en la puerta.
—¿Natalia, que te paso?—me pregunto al verme ahí.
—n-nada yo solo me caí y...—
—te siguen haciendo bullying, ¿no es cierto?— me interrumpió
—no...— dije con voz no muy convincente, no quiero alarmar a Lila, enrealidad esto es algo con lo que yo misma puedo lidiar y ella ya tiene muchas cosas de las que preocuparse como para venir a preocuparse por mi ahora.
—¿por cierto, no deberías estar en la universidad?— le pregunté a Lila, intentando cambiar de tema.
—el profesor de esta hora se enfermo, voy a ir luego, pero eso no es importante, ¿Quienes son los que te hicieron esto?—pregunto mientras me hacia pasar.
—yo no...—.
—Nombres, quiero nombres—.
Tuve que ceder ante su petición para que me dejara y después de mucho interrogatorio por su parte termine contándole todo lo que paso, ella estaba enojada
Termine el dia después de una buena ducha antes de irme a dormir, no quiero saber nada más de ese idiota de Nicolás y su pandilla, estoy harta, almenos logré anotar la patente antes de que se fuera el auto, mínimo tengo algo.
Nicolás es fácil de odiar, hasta yo misma lo odio.
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300 Dias
Romanceuna historia corta sobre una chica llamada Natalia que lucha contra una enfermedad mientras comienza a sentir cosas por el chico más odioso de su escuela.