CAPITULO 5

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Hubo una paz inmediata tan pronto como el "señor" Vachirawit se fue. Tenía mi trabajo terminado y de hecho, hasta tuve la oportunidad de tomar un largo almuerzo el día siguiente. Por supuesto, todas las cosas buenas deben llegar a su fin. El viernes por la mañana las cosas volvieron a la normalidad, el desinfectante de manos y todo lo demás. Tan pronto como entró por la puerta comenzó a dar órdenes como si nunca hubiera salido.

-Win llama a Wang y dile que necesito verlo en la oficina tan pronto como sea posible. Después de hacer eso ve a contabilidad y recoge los registros de los últimos meses. -Suspiré internamente y me levanté. Estaba casi en la puerta hasta que llamó mi nombre otra vez.

- ¿Sí, señor?

-Vas a trabajar horas extra esta noche. Necesito que clasifiques todos los registros del sistema con el fin de estar preparado para la reunión de mañana. -Parpadeé un par de veces tratando de registrar lo que me estaba diciendo.

- ¿El sistema entero? -Él asintió con una especie de gruñido, y de repente quería arrancar sus cuerdas vocales.

-Debería tomarte aproximadamente tres horas si eres rápido y eficiente. -Mi cerebro vio fuego y de inmediato quiso gritar: "Entonces si es tan simple, ¡¿Por qué no lo haces tú Sr. Importante?! Debería..."

-Está bien, señor. -Salí por el pasillo murmurando 'cheque, mucho dinero, cheque, mucho dinero'. Era mi única motivación por el momento.

-Debe tomar alrededor de tres horas si eres rápido y eficiente, me dijo. ¡Qué montón de mierda! -Cerré la puerta de mi apartamento lo suficientemente fuerte haciendo que mi vecino de al lado golpeara la pared y me dijera que me callara. Sam sin embargo, apenas se movió de su nuevo lugar favorito en el sofá.

- ¿Qué? ¿No estás curioso de por qué tu trabajador amo vuelvo a casa a las diez de la noche, después de haber desaparecido a las seis y media de esta mañana? Bueno, te contaré. -Me quité los zapatos y fui a la cocina para tomar una de las cervezas con las que Max afortunadamente había abastecido mi refrigerador.

-Mi vengativo y grosero jefe decidió que tenía que catalogar todo el sistema hasta el año 2000. ¡2000! ¡Esos son once malditos años de papeleo! Así que comencé a las cuatro y terminé recién a las nueve en punto. Y ya que eres un perro y no sabes matemáticas, eso hace un total de cinco horas. -Levanté cinco dedos y él ladeó la cabeza hacia un lado como si estuviera interesado, lo que sólo me animó a continuar. -Y como si eso no fuera suficiente, el tren se atrasó, así que tuve que caminar cerca de tres kilómetros para no perder el ultimo autobús a casa. ¡Sam, me estoy volviendo loco! ¡Voy a perder mi cordura y ni siquiera tengo veintidós! ¡Alguien tan sexy no debería ser tan condenadamente malvado! -Espera, acabo de decir que está bueno.

-Está bien, retiro lo dicho porque no soy superficial al contrario a la creencia popular. Ja, estoy hablando con mi perro... otra vez. Acabo de tener una conversación entera con mi perro. ¿Crees que estoy loco, cierto? -Él ladró y dejó caer su lengua hacia un lado de su boca. Me puso mala cara.

-Maldito perro. Debería haber conservado a Tom. -Tengo un gato, Tom, pero ya que no puedo costear el cuidar a los dos, está en casa de mis padres. Suspiré, me levanté y fui a la cocina a buscar en los armarios que comer. Después de no conseguir nada, decidí que tenía hambre y fui al baño para ir a la cama. Tengo esperanzas de que mañana será un mejor día de trabajo.

A la mañana siguiente entré y saludé a Raina con una sonrisa en mi cara.

-Alguien está feliz. ¿A qué se debe el estado de ánimo? -Levanté la mano e hice un gesto de dinero con los dedos.

-Es día de pago y recibo mi primer cheque. Ya tengo una lista de las cosas que voy a comprar. -Ella sonrió y miró hacia otro lado.

-Bueno, espero que todo resulte bien, cariño. El Joven Vachirawit probablemente te lo va a dar en cuanto entres. -Bueno, cuanto antes mejor. Me dirigí a la oficina y entré. Por supuesto, el tirano ya estaba ocupado con algo.

-Buenos días, señor Vachirawit. -Él gruñó, no era sorpresa, y se mantuvo concentrado en su trabajo.

-Tu cheque de pago está en tu escritorio. -Sonreí y discretamente me apresuré a mi escritorio. Como un pequeño animal rabioso, rasgué el sobre sin dejar de sonreír como un bobo hasta que mis ojos se encontraron con la cantidad. $269,111.24 won (unos $250.00 USD) Oh, esto debe ser una broma. Él deber ser un tipo gracioso en secreto. Entonces, ¿Qué haces en una broma? ¡Reír por supuesto! Me incliné sobre mi escritorio riendo, completamente histérico.

- ¿Sucede algo, Win? -Me puse de pie y me acerqué a su mesa, riendo todavía.

-Sólo mi cheque señor. Dice que solamente gané esto, pero trabajé horas extra a lo largo de cuatro días aparte de la semana y media que he estado aquí, así que sólo estaba esperando un poco más. No, en realidad mucho más.

-Bueno, eso es todo. No le pago a mis secretarios las horas extras.

¿Qué dijo?

-Sin faltarle el respeto, señor, pero ¿por qué no? -Me miró con una expresión molesta. Pero bueno, él siempre miraba de esa manera.

-Porque como secretario personal, el tiempo que pasas aquí, aunque sean más de las horas de trabajo programadas, es tu trabajo de igual forma. No se te paga extra por ello. ¿Hay algo más que te gustaría saber? -Buenas noticias: era lo más que había hablado conmigo sin darme una orden. Malas noticias: Estaba dispuesto a golpear a su maldito cerebro.

-Sí, algo más. ¿Puedo ir al baño por un momento, por favor? -Él asintió con la cabeza y volvió a su trabajo. Caminé rápidamente hacia la puerta y por el pasillo hasta el cuarto de baño. Unos hombres que estaban allí me miraron un poco extraño cuando entré y cerré la puerta del cubículo inmediatamente.

- ¡¿QUÉ DIABLOS?! ¡ES UN MALDITO IMBÉCIL! ¡UN DÍA LE VOY A CORTAR LOS TESTÍCULOS Y SE LOS VOY A PEGAR EN LA NARIZ! -Ah, mucho mejor. Tiré la cadena y salí de la cabina parándome entre dos chicos que estaban lavando sus manos en el lavamanos. Me lavé las manos y les di una pequeña sonrisa.

-Buenos días caballeros. Tengo un buen día. -Al menos alguien debería.

Gracias a Dios que cuando llegó la hora de almuerzo, fui capaz de salir de la oficina sin ser detenido por el Príncipe del Infierno.

-Oh, ¿por qué la cara larga? -Miré y sonreí una vez que vi a Mew.

-Sólo meditando sobre mi patético sueldo. -Dejó una bandeja llena de comida y antes de sentarse conmigo. Me ofreció una de sus tres hamburguesas, pero le dije que no.

- ¿Trabajas para Vachirawit, cierto? -Suspiré y asentí.

-Por desgracia.

-Oh, ¿así que supongo que eligió el día de hoy para decirte que no paga horas extras? -Asentí con la cabeza y me dio una papa frita que felizmente acepté.

-¿Por qué, has trabajo para él antes?

-Yo no, pero un amigo mío lo hizo. Estuvo muy cerca de perder su trabajo cuando se volvió loco sobre el escritorio de Vachirawit. Oh, aquí viene ahora. Gulf, por aquí. -Le hizo un gesto a su amigo que se sentó a mi lado y me dio una pequeña sonrisa.

-Hola, soy Gulf. -Sonreí y extendí mi mano para saludarlo.

-Un gusto conocerte. Soy Win Metawin Um, bueno... ¿es cierto que te volviste loco sobre el escritorio de Vachirawit? -Él se rio y asintió con la cabeza.

-El imbécil se lo merecía. ¿Por qué, estabas pensando en hacerlo también? -Bueno, más bien estaba pensando en encontrar su auto y pinchar sus neumáticos.

En el resto de la comida, Gulf me iluminó sobre todas las cosas que había pasado cuando trabajó para el señor Vachirawit, animándome, teniendo en cuenta que había sobrevivido e incluso tenía un mejor puesto. Pero en algún lugar en el fondo de mi mente tenía la sensación de que mi situación y la de él iban a ser diferente. ¿Qué podía ser?

Devil Boss - BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora